Descubriendo...

17 2 2
                                    

-          Y  yo que me creía que mi vida era desastrosa - dijo quitando los ojos de la carretera para mirarme un momento- pues no. Tú te llevas la palma.

-          ¿No valoras tu vida?- le mire enojada.

-          La valoro demasiado, créeme, pero me gusta arriesgarme  y tu eres un desafío para mí- dijo con los ojos puestos en la carretera.

No supe que responder. Hacía mucho tiempo que nadie era tan directo conmigo y menos un chico como Ryan. Además mi cara en ese momento estaba roja como un tomate. Y creo que se dio cuenta, ya que siguió mirando al frente con esa sonrisa. Y que sonrisa.

20 minutos más tarde llegamos a la casa de Michael. Era inmensa, con grandes arbustos rodeándola. Tenía hasta gárgolas y un balcón que daba al jardín, en el que había una enorme piscina la cual nos encontramos en cuanto entramos. Era normal que Michael tuviera una casa así. La zona era una de las mejores. Su padre era director de una funeraria. Sí de una funeraria, aunque suene raro. Pero como se muere gente cada día, el sector de las funerarias nunca estaba en crisis. Eso era un hecho.

Pasamos por  encima de  gente tirada en el césped, con ropa un tanto rara. Parejas haciendo cosas  extrañas e indecedentes. No quiero ni mirar.  ¿Os lo podéis imaginar no?

Llegamos a la entrada y nos abre Michael. Lleva la camisa abierta, corbata atada en la cabeza y va en calzoncillos. No sé por qué narices va en calzoncillos, pero es muy sospechoso. Mejor ni  pregunto. Prefiero vivir en la ignorancia. Que se vive mucho mejor.

-          Michael- entrando- ¿Has visto a Bradley?

-          Sí, le acabo de ver subir con una chica- me dice mientras le pega un sorbo a su bebida- la verdad que tu hermano tiene muy buen gusto eh.

-          ¿A que sí?- Le digo cruzándome los brazos- no como tú.

Le aparto de mi camino y me encamino a las escaleras. Las subo, mientras oigo la risotada de Ryan.

-          ¿De qué te ríes?- le pregunto. Me paro en las escaleras cerrando el paso- No me digas que eres bipolar.

-          Que graciosa ¿no?- me dice mientras sube un escalón, que le sitúa a mi misma altura- la verdad que me gustan las chicas graciosas y todavía las que son graciosas y guapas- dice mientras me mira de abajo a arriba.

¿Por qué me tiene que hacer estas cosas? Tengo que reconocer que es un chulo, un capullo, un engreído, pero madre mía este chico no es de este mundo. Cada vez que se acerca  mi corazón se acelera y lo único que deseo es tenerle lo más cerca posible.

Subo las escaleras y voy puerta por puerta buscando a Bradley. En uno de mis arrebatos de abrir puertas. Ryan y yo nos encontramos a unos en pleno apogeo. Cerre rápidamente la puerta y me encontré al darme la vuelta con Ryan, que tenía una sonrisa maliciosa dibujada en su rostro.

-          ¿Qué pasa?- dice mientras se acerca todavía más a mí- te has asustado.

 Joder con el acercarse. Me trae loca. Y me vuelve loca.  Una de estas, yo no respondo frente a mi conducta y puede que me tire encima de él. Bueno creo que Ryan no tendría ningún inconveniente de tenerme encima. Ni yo.

-          ¿Perdona?- le dije mientras me cruzaba de brazos- mira guapo, el día que yo tenga miedo de algo o de alguien, tú serás tan tan anciano, que ni podrás echar un polvo con las guarras con las que te enrollas- le respondo mientras me acerco más a él.

-          Yo no estaría tan segura- me dice mientras se acerca más a mí. Estamos a 1cm del uno del otro.

-          ¿Y eso?- le pregunto desafiante. Mantengo la misma distancia. Soy demasiado orgullosa.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: May 23, 2014 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Tú y tus besos cambiáis mi mundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora