Capitulo 5: no me tiente

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Llevaba dos horas en el gimnasio dos horas ocupándome de sacar el exceso de energía que tenia aculado un golpe tras otro pero no estaba agotado en absoluto, quería más necesitaba más quizás un saco más pesado, después de los treinta minutos de bronca que me han echado mi padre mi abuelo y Nick ni siquiera para variar dijeron algo nuevo, dijeron exactamente las palabras que conocía hace años; ya sabía que necesitaba más seguridad, ya sabía que no podía perder el control, ya sabía que tenía cerca de un mes si ver a Andersen, y claro que sabía lo que pasaría si dejaba de ir a verlo.

Metallica explotaba en los amplificadores golpee el saco con más fuerza no podía parar, necesitaba sacar toda la mierda de mi si quería verla esta noche tenía que mantener mi cuerpo bajo control, tome aliento y seguí golpeando, si me agotaba lo suficiente iba a perder la necesidad quizás no tendría que ir, quizás para variar podía irme a acostar temprano. Ya no tenía trabajo que adelantar todo lo había hecho ayer en la noche.

Mi primera noche libre en casi diez meses y me estoy preparando para una guerra con la mujer más cautivadora que he visto en mi vida.

Concéntrate en golpear, lance una patada y el saco se tambaleo de un lado a otro como un péndulo lo sostuve  deje que mi cabeza se apoyara en el, si necesito un saco más pesado, me volví a las pesas y preste atención a mi respiración, el reloj en la pare decía que tenía cuarenta y seis minutos para tomar una ducha y salir.

(***)

Colapso mental, eso describe exactamente lo que le sucede a mi cerebro cuando la señorita Stone abre la puerta con sus piernas increíblemente largas en un minúsculo short corto de algodón, y una camiseta que era varias más grande que ella desgastada sus tetas, demonios estaban al aire eran grandes y turgentes sus pezones estaban dándome la mejor de las bienvenidas, no podía respirar, los pantalones de pronto se sentían demasiado estrechos, su cabello estaba húmedo en las puntas lo que sugería que había tomado un baño.

Maldición.

¿Esta provocándome? pero eso no tenia lógica ella no me esperaba, seguramente estaba esperando a alguien más, de pronto sus palabras llegaron a mí como un balde de agua fría tengo otras cosas más importantes que hacer, cosas con otras personas, demonios, quizás ya tenía compañía, tendría que haber enviado a Michel a seguirla y me informara si tenía visitas.

Le di otra repasada y pero sus pezones tenían mi específica atención, tenía que dejar de mirarla, aunque la deseara. Mi sangre bombeaba con demasiada facilidad en los lugares incorrectos, por culpa de su esencia, nunca nada me había puesto como lo estaba haciendo su esencia, la quiero, quiero tacarla, besarla la quiero mía.

—Hola— fue lo único que pude decir.

Lo único sensato, no creo que la señorita Stone tome muy bien preguntarle si quiere una follada, puedo imaginármela pateándome el trasero antes de terminar la oración.

Su respiración era agitada y su pulso aleteaba en su cuello, la oscuridad en su mirada, me deseaba y yo la deseaba a ella, no creo que tuviera problemas con un rollo antes de iniciar la tarea.

— ¿Qué haces aquí?— su entonación era ahora profesional. Buen intento señorita Stone pero lo vi, solo por unos pocos segundos pero lo vi, usted me desea al igual que yo la deseo a usted.

—vengo a empezar el trabajo a que mas vendría si no.

Tenía un par de ideas de a qué otra cosa podría venir pero iba a hacer de este juego más emocionante, iba a ser ella la que suplicaría por mí.

No pude contener la sonrisa que se dibujo en mi cara.

—No puedo, tengo que salir pronto— intento escabullirse y cerrarme la puerta en la cara pero la detuve con rapidez.

Adam: Solo por tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora