Capítulo 5 ¡No estoy loca!

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Tu solo analizabas lo que Guro acababa de decir, no creías que acabara de declararse, todo fue un error de comprensión por tu parte, ¿no?.

Ninguno respondía y ambos estabais paralizados mirándoos a los ojos, intentando sonsacar algo del otro, pero esa tensión solo fue rota por la enfermera abriendo la manilla. Te alarmaste y susurraste suficientemente alto como para que Guro escuchara:

- Mañana saldré de aquí lo quieran o no, nuestro primer encuentro a la noche

Sin dar oportunidad de decir nada a Guro cerraste las ventanas y corriste las cortinas, la enfermera te miraba como una madre nada orgullosa de su hija:

- Tiene prohibido levantarse de la cama, ¿no entiende que tiene huesos rotos?

- ¿Entiendes que no todos estamos tan amargados como tu, vieja?

- ¡¿Perdone?!

- Que - te giraste poco a poco hacia ella- de no ser porque hay guardias, ahora podría tener ese cuchillo - señaló uno de su cena- en ese preciado ojo tuyo, o tambien podría arrancarlo con mis manos...

Parecías una desquiciada, tu venda solo dejaba al descubierto un ojo y aun se podía notar como hacías una sonrisa macabra hacia ella:

- Llamaré un psicólogo

La enfermera dejó de muy mala gana la cena con una fuerza que casi la tira y desperdicia, pero antes de que se fuera alcanzarste a decir:

- Tengo una venda en la boca, no puedo comer, retrasada

Tenías ganas de matarla, y el sentimiento era mutuo. Te quitaste la venda dejando expuesta la sensible piel aun irritada, empezaste a comer con calma y aburrimiento tu puré, que utilizaste para jugar y hacer figuras más que para comerlo, alzaste la mirada cuando un hombre en ropa normal (el primer empleado con ella que veía ) se fijó en ella en el lado derecho de su cama:

- Me han dicho que ha agredido verbalmente a una enfermera

- ¿Quieres que diga que no es verdad o que me arrepiento? Ambas son mentira

- Más vale que controles esa lengua o tu próximo coche será dirección a el psiquiátrico

- ¿Ya me tacha de loca?

- Por lo que se, si, pero antes la haré una prueba

El hombre sacó unos papeles con manchas y se sentó a tu lado aparentando seriedad:

- A continuación dime lo que ves

Solías ver animales, pero aun más comúnmente escenas de parejas o armas. Sin avisarte siquiera el psicólogo recogió los papeles sin terminarlos y se marchó con un frío adiós.

Te daba igual ir al psiquiátrico, pero estabas decidida a salir de ahí, la ventana no estaba muy alta, pero suficiente para terminar de romperse la pierna, se volvió a asomar y vio a Guro hablando solo como quien confiesa sus pecados. Verlo te alegró y una sonrisa a la pero que te animó te hizo daño en la zona sensible de tu piel:

- Guro - empezaste a decir susurrándo- ayudame por favor

- ¿Que pasa? - Guro se levantó y dirigió la mirada a ella con ese brillo en los ojos otra vez

- Necesito tu ayuda para bajar, si lo intento sola seguro que termino de romperme el brazo

Guro asintió preocupado por tu brazo, abrió los suyos y la indicó que se tirara, tu no te atrevías aun con la poca altura, pero no te quedó mas remedio si querías salir, por lo que intentando caer bien te tiraste esperando el golpe con el suelo que nunca vino, en su lugar se encontró con los brazo de Guro haciendo la mayor fuerza de su vida para no tirarla:

- Gracias

Sonreírste y te levantaste para abrazar a Guro y derle un beso en la mejilla, cuando ambos recordaron la declaración de amor de Guro. 

Los ojos de la obsesión (Guro x reader)Where stories live. Discover now