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Los días pasaban volando para mi, siempre te iba a buscar y siempre me esperabas, o eso quiero creer. Desde el primer día que estuviste en mi casa las cosas cambiaron, tu ya no estabas bajo aquel farol esperando que algún hombre fuera por ti, ahora esperabas en una esquina para que yo llegara y te llevara a algún lugar para pasar el rato.

La rutina que habíamos empezado en cierto tiempo me pasó la cuenta, no dormía bien y el cansancio era notable en mí. Tu una de las tantas veces que estuvimos hablando dijiste "De ahora en adelante vamos a dormir en la noche y saldremos los fines de semana", no sabes la alegría que sentí.

Tú habías tomado la iniciativa de salir y yo para hacer las cosas bien me arrodillé frente a ti, tomé tus manos y te miré a los ojos, tu sonrojo era hermoso, tus labios temblaban, era una imagen hermosa que aún repito en mi mente antes de dormir, hablé con una sonrisa "Hermoso señorito Len ¿Me daría el honor de salir conmigo en una cita?" y reiste, reiste mucho que te dolió el estómago, yo con todo el amor del mundo empecé a tocar tu cuerpo con tranquilidad intentando relajarte.

Esa fue la primera vez que toqué tu cuerpo con completa libertad. Gracias, cariño, por tenerme tal confianza.

Ángel 『KaiLen』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora