tony stark;

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Aferró sus dedos alrededor de la taza de porcelana. Sus ojos estaban atentos sobre la puerta principal del hogar. Ya habían pasado cuarenta y cinco minutos desde que el millonario confirmó que iría. ¿Tanto tránsito había en Nueva York a las tres de la madrugada?

Unos golpes secos la despertaron de su trance. Abrió la puerta de madera, encontrándose con Anthony Stark demasiado opuesto al de unas horas atrás. Llevaba una camisa oscura que se enrrollaba sobre sus musculosos brazos y se posaba sobre su marcado abdomen, unos pantalones oscuros y zapatillas deportivas. Relajado, e incluso había logrado distinguir una diminuta sonrisa.

—He tenido algunos problemillas con el gigantón.

Gemma soltó una pequeña carcajada, apartándose de la puerta para permitirle pasar al interior de su departamento.

—Las anomalías se repiten en un determinado tiempo, aproximadamente quince minutos —informó señalando la pantalla de su portátil—. Las coordenadas están impresas, los planos de ataque diseñados. Sólo falta decidir quiénes irán...

—Tú no, Emma.

La muchacha se giró a observar a Tony. Frunció sus labios, tratando de colocar una mueca “tierna”.

—No quiero acabar como la última vez. Pasaste tres semanas en el hospital en estado grave —comentó Tony, apoyando su brazo sobre la superficie del escritorio. La mejillas de Gemma se convirtieron en dos tomates a causa de la cercanía—. Deberías comprarte una nueva contestadora —la mirada avergonzada de la joven se dirigió hasta los trozos de los que había sido una contestadora— y una nueva computadora.

...

La torrencial lluvia que había comenzado a caer sobre la ciudad, interrumpió los planes de compra de Gemma, obligándola a permanecer dentro del local hasta que disminuyera y pudiera comprender el camino de regreso a la Torre Stark.

Un suspiro escapó de los labios de la muchacha cuando se encontraba dentro del ascensor, rumbo al hogar del millonario.

—¿Qué horas de llegar son estás? —preguntó Tony, notablemente enfadado, una vez que las puertas metálicas se habían abierto.

Gemma lo apartó de su camino, depositando las numerosas bolsas en el suelo.

—¡Tú mismo me dijiste que debía comprarme una contestadora y una computadora así que ha sido culpa tuya! —exclamó, señalándolo con su dedo índice.

—¿Qué persona normal tarda cinco malditas horas en comprar una contestadora y una computadora?

Gemma frunció sus labios. ¿Le estaba diciendo que no era una persona normal? Enfadada, apoyó sus manos sobre la camisa de Anthony y lo empujó con su mayor fuerza.

—¿Desde cuándo debo darte unas malditas  explicaciones?

Tony se tambaleó unas centímetros.

—¡Desde la primera vez que te vi! —contestó furioso y la besó.

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stxrkonfire espero que te guste ❤

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