⇝Última parte⇜

307 39 22
                                    


Segundos, tal vez los que parecen ser minutos, son lo que tardó en responder, en lograr entender de forma coherente lo que han dicho sus labios.

— ¿C-cancelado? ¿D-de que estás hablando, mamá? —Cuestiono, perturbado, casi desorientado con sus palabras.

—Lo que has oído, el chico ha cancelado la ceremonia, tienes que hacer algo por dios, Miguel. Tu padre está hecho una furia, pero ellos están dispuestos a apoyar a su hijo. —Explica mi madre, arrastrándome fuera del baño, hasta mitad del recinto. Es que sigo sin creerlo ¿Eso tiene sentido en alguna forma? O sea, ¿Le hicimos esperar a esa familia más de dos meses por este día, y ahora su malcriado hijo la cancela porque sí? El enojo comienza a correr por mis venas, localizándose principalmente en mis puños. Arrugo el cejo mientras me apuro a andar a toda velocidad hacia la puerta dispuesto a saldar cuentas con ese tipo.

—Hijo, no, no, ¡Espera por favor! ¡Deja que te explique antes de que arranques hecho una furia! —Intenta mi madre, reteniéndome del brazo. Me desespero escuchándola, y por el mero coraje la hago soltarme con brusquedad.

— ¿Qué tienes que explicarme? ¡Sabes perfectamente que yo no quería esto y aun así asumí mi responsabilidad! ¡¿Por qué él no lo ha de hacer como todos aquí?!

—Porque el chico esta embarazado. —El aire, se sofoca dentro de mis pulmones con su revelación.

— ¿Qué dices? —Pregunto perturbado, sintiéndome mareado de golpe. Me sostengo de la columna, y mi madre intenta acercarse de nuevo, a lo que la freno con una mano. No quiero que nadie me toque, me siento traicionado de mil formas distintas en este momento. Eso tiene que ser un error, ¿Acaso planeaban que me hiciera cargo de...? — ¡ESTO ES UNA MIERDA! —Grito con coraje. Aferrando mis manos a mi cabello, frustrado a decir basta. Trate con todas mis fuerzas de esforzarme mínimo por esto, y... y ¡Salió mal! Me entran ganas de llorar, y no precisamente por éste compromiso roto, sino porque de nuevo esperé demasiado por ser finalmente feliz en el amor, y resulto peor. Y a su vez deje ir a alguien, pude haber buscado a Rubius en este tiempo, me siento como la mierda en este instante.

Pero esto no se va a quedar así, porque alguien de aquí va a pagar los platos rotos. Y ese definitivamente no voy a ser yo.

Disparo mis pies de golpe hacia afuera de la finca, buscando a ese idiota de mi ex prometido, porque me va a oír, ¡Juro que me va a oír! Doblo hacia la izquierda, apurándome en el trazo para pasar de largo a mi ex familia discutiendo con mi padre, y no me importa lo que diga mi madre, ni me importa el estado del muchacho, él me va a oír, no va a escapar de esto como si nada.

Me apronto, atravesando medio jardín con rapidez, tanteo a medias la dirección según recuerdo cuando corrieron al bajar de la camioneta. Y debo decir, que estaba a punto de comenzar a correr, cuando me estampo con alguien, y por la rapidez con la que voy, y con la que va el otro, ambos caemos al piso.

Levanto la mirada, y encuentro al segundo idiota que salió del auto, lo sé bien porque lleva el saco blanco entre sus manos. Es el amigo de mi ex prometido. Y puede que no sea la mejor persona con la que recalar, pero el enojo corriendo a toda marcha en mí no me permite entender lo que hago, así que después de levantarme del suelo a toda prisa, lo levanto a él, y no con cuidado, sino con la máxima brusquedad que me permite mi bestial estado.

—Tú. —Bramo colérico, reafirmando el agarre que tengo con su camisa para incorporarlo de mejor forma, obligándolo a mirarme a la cara. —Tú... me vas a decir donde esta ese idiota. —Exijo, a lo que el tal Oliver, entiende mis motivos para sujetarlo de esta forma. Y debo decir, que una vez que lo hace, sus gestos cambian, despejando la expresión asustada, para volverse más serio.

Casual Affair Three shot M-preg |RubelangelWhere stories live. Discover now