Lights

38 2 0
                                    


Kyo odiaba la navidad.

Le desesperaba el ruido, el consumismo descontrolado, las propagandas absurdas bombardeándolo todo. El flujo de gente que recorría las ya ajetreadas calles de Tokyo resultaban mucho más caóticas y más de una vez acababa chocando con alguna persona, siendo estas quienes recibían una mirada iracunda camuflada en un gesto que se veía sereno a simple vista.
Los villancicos y las patéticas botargas temáticas en cada esquina parecían un foco común que reunía todo esto e incluso con una intensidad mayor. Acababa irritado y provocaba que su llegada a la disquera acabase convertida en una odisea de las peores.


Era algo que había experimentado desde temprana edad y no parecía que fuera a cambiar pronto. Sin embargo, los años le habían brindado una maravillosa tolerancia que se desarrollaba principalmente en su círculo cercano, la gente que realmente le importaba, así que la aprovechaba tanto como podía.
Entonces ya no le molestaban las decoraciones que sus compañeros solían dejar por la sala de ensayos y la de juntas, logrando que todo quedase muchísimo más ameno y convirtiese en las horas de trabajo en algo más llevadero. De resto, aquellos mismos ponían las decoraciones con menos temor de que, como en las primeras veces cuando se dejaban llevar, las acabase rompiendo en sus arranques de ira. Tampoco le molestaban los juegos extraños de "Santa Secreto" y esas idioteces que hacían para pasar el tiempo en sus dos proyectos. De hecho, hasta lo había tomado como un medio para agradecer la tolerancia que ellos mismos profesaban hacia él mediante algún objeto material.


Mucho menos le molestaba llegar a la casa y visualizar varias partes del exterior decoradas con luces de colores, las cuales también aparecían por algunas zonas estratégicas de la casa además de en el pequeño árbol de navidad que su pareja había armado para ambos porque, a diferencia suya, Mao sí que disfrutaba de esas festividades. Sin embargo, a pesar de ser seducido por los aparatosos adornos y la posibilidad de obsequiarle algo a cada ser vivo que se le acercase, Mao le había compartido que para él resultaba un momento para formar recuerdos con sus seres queridos, porque bien sabían que las demostraciones de afecto se hacían todos los días pero ¿Qué importaba? Él solía apreciarlo con un lado un poco más profundo.

"Lo celebramos porque seguimos aquí" le comentó una de esas veces en las que llenaba su boca de su helado favorito mientras observaba distraídamente la televisión. Desde el ojo crítico, y teniendo en cuenta que ninguno de los dos tenía un historial limpio en tendencias autodestructivas, tomaba un sentido que le gustaba disfrutar secretamente.

Entonces cualquier queja desaparecía. Porque antes de que aquellas luces se volviesen molestas, Kyo visualizaba la emoción y la sonrisa animada que su pareja le dedicaba a las luces, haciendo que su actitud de Grinch acabase en un segundo plano.
Y porque sabía que Mao se estaba conteniendo bastante, teniendo presente cuando le había conocido y la costumbre del menor en la que solía colocar luces de colores por toda la casa al punto de obligarle a andar con lentes de sol (aunque sólo para molestarle, porque solía verse bastante bonito cuando le reprochaba)

– ¿Acaso pusiste más luces que esta mañana? – Comentó en lo que se acercaba a la biblioteca donde Mao guardaba sus mangas, la cual tenía unas luces cálidas rodeando cada estante.

– ... Algo así. – Murmuró con una pena genuina, habiéndose esperado ese tipo de comentarios junto con alguna indicación para que los quitase. Por las dudas, acabó acercándose y le dio un suave abrazo por la espalda.

Le dedicó una mirada analítica, tanto a él como a los cables que rodeaban el mueble como para calcular del uno al diez que tan molesto le resultaba, en una evaluación que duró unos cuantos minutos tortuosos para el otro cantante. 

Al final acabó dándose la vuelta, con una expresión bastante neutral.


–Sólo espero que no sean las de alto consumo, no quiero incendios mientras estamos durmiendo. – Soltó sin más, restándole importancia al asunto con tal de saludar a su chico del modo correcto al voltearse y besar sus labios.

Después de todo, no quería ser injusto con la luz de su vida.

- - -

¡Hola! Hacía mucho tiempo que no venía a publicar algo por acá (o por ningún lado), también hacía mucho más que no publicaba nada de esta pareja que, sin mentir, al menos le escribía un oneshot al mes. Como esos, éste drabble tampoco iba a ver la luz del día. Pero tengo un montón de gente bonita en Twitter que me apoyó y bueno, para ellos va. <3

No es lo mejor que hice en mi vida, francamente, pero espero al menos les haya gustado un poquito.

Nos vemos pronto.


Konata.

☆ Christmas Tales ☆ KyoMao ☆Where stories live. Discover now