Cuando Louis abrió sus ojos él deseó que su esposo esté a su lado, sin embargo, como ya era costumbre, se levantó solo. Suspiró cansado, fue una noche un poco movida.
Se levantó de la cama y su mirada viajó hasta su pecho, donde había rastros del semen de Harry. Dios, anoche disfrutó como nunca antes, aunque casi tuvo que rogar para que aquello sucediera.
Cuando ya estuvo limpio, él bajó a desayunar, su mucama, Vivian, estaba en la cocina preparando lo que parecía ser su desayuno.
—Buenos días —saludó.
La linda rubia volteó y le sonrió tímidamente.
—Buenos días, señor Tomlinson.
—¿Harry?
El semblante de la muchacha cambió, Louis pudo notarlo.
—El joven Styles salió, no dejó recado.
Louis apretó su mandíbula con fuerza. De su lindo traje saco su celular y marcó.
Tuvo que llamar tres veces para que Harry pudiera contestarle.
—¿Dónde mierda estás, Harry? Regresa ahora.
Escuchó un pequeño bufido a través del teléfono.
—Por supuesto que no, Tomlinson. Tú no eres nadie par-
—¡Soy tu esposo y tengo el maldito derecho! Regresa a la casa o cuando te cante el culo de aparecer la vas a pasar muy mal.
—Te juro, Tomlinson, te juro que me arrepiento tanto de haberme casado contigo —colgó.
Louis sintió como especie de una apuñada. Eso le había dolido. Tan sólo llevaban dos años y medio de casados y Harry ya le exigía el divorcio.
Para distraerse decidió entrar a la biblioteca de su casa. Realmente desde que se había casado sólo unas tres veces entró a ese lugar. Tomó un libro al azar y se sentó en el sillón de cuero que estaba en una esquina.
El libro era interesante, se preguntó por qué nunca lo leyó antes. Qué idiota fue.
Miró su reloj y calculaba que faltaban minutos para que Harry llegue. Entonces, cuando guardó su celular escuchó un fuerte portazo.
—¡¿Dónde estás, maldito?! —Harry gritó.
De pronto la puerta de la biblioteca se abrió bruscamente. Tal como lo imaginó, su lindo esposo venía con su cabello alborotado y muy, muy enojado.
—¡Aquí me tienes, ¿Para qué jodido me quieres? ¿No entiendes que no soporto verte la cara, idiota?! Me tienes arto, Tomlinson.
Louis cerró el libro y se levantó para luego ponerlo en su lugar. La mirada asesina de su esposo lo seguía.
—Tengo el día libre y quería pasarlo contigo —sus ojos azules, con un notorio vacío dentro lo miran.
Harry apoya todo su peso en una de sus piernas.
—Me importa una mierda. Si vas a darme el divorcio después, me quedo si no, no tengo por qué estar aquí.
Louis suspiró e intentó acercarse a él, pero Harry se alejó cuando lo vió muy cerca sin embargo Louis lo tomó con fuerza de los brazos para estamparlo contra la pared.
Harry tembló cuando su aún esposo se inclinó hacia su cuello.
—Este no es tu perfume —gruñó— ¿Con quién mierda estuviste?
Lo empujó con un poco de fuerza y lo desafió con la mirada.
—No te interes- —se sobresaltó cuando el puño de Louis chocó rudamente en la pared, casi cerca de su cabeza— ¡¿Pero qué mierda te pasa, Tomlinson?!
