✒ 4 · ... en los cuentos de hadas

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Todos sabemos que amo este fic hermoso de aquí, así que si también lo aman las votaciones de los Amortentia Awards están abiertas, pueden ir y darle click donde dice su nombrecito ;3 Gracias a todos por leer *lanza besitos al aire*

( ... )

—Mis hermanos regresan del internado el primero de julio —explicó Harry. Tom mordisqueaba una punta de un perrito caliente, y Harry intentaba de que Tobías le dejara comer su hamburguesa—. Tal vez sea momento de...

Tom le miró.

—Sí, tal vez sea momento.

Llevaban saliendo dos meses y medio, a pesar de conocerse hacía cinco. No habían sido los mejores casi tres meses para ambos. Harry debió poner el doble de atención en sus cursos de teatro porque apareció otro muchacho presuntuoso dispuesto a quitarle el protagónico, lo que significaba que cada vez que veía a Tom estaba repasando sus guiones. Tom, por la llegada del verano, comenzó a tener una gran cantidad de jóvenes que deseaban cubrir sus cuerpos de tinta, llenando todos los cupos. Tenía, muy de vez en cuando, los fines de semana libres. Este era uno de esos momentos en los que ambos no tenían nada que hacer.

Los días de calor dejaban los brazos de ambos expuestos. Harry volvía a llevar aquellas camisetas de rugby a rayas que se amoldaban a sus brazos y a su pecho, fuertes pero sin destacar. Tom una musculosa negra y raída, que le quedaba talles más grandes pero revelaba las alas tatuadas de su espalda.

Caminaban de la mano. Si alguien se atrevía a decirles algo, Harry comenzaba con los insultos y Tom sacaba los dedos corazón, dispuesto a defenderse con ellos como si de espadas se tratase.

Tobías ladró cuando una muchacha apareció a la vista. Pero pronto, Harry se dio cuenta de que no era una muchacha, aunque su rostro de niña la hacía lucir menor. Tenía los ojos perdidos, como si estuviera ciega, pero en realidad veía con nitidez. Harry la reconoció al instante.

—¡Luna! —llamó, alzando los brazos. La mujer ladeó la cabeza y sonrió al ver a Harry.

—Harry, ¡qué gusto volver a verte! —Luna besó ambas mejillas del joven y tomó asiento frente a él, en el césped. Llevaba una larga falda púrpura con espejitos en los bordes y una blusa a rayas grises con muchos volados, además de aretes con extraña forma de rábanos y un collar de corchos. Entonces, Harry hizo las presentaciones.

—Luna, él es mi novio, Tom. Tom, ella es mi madrina, Luna —presentó. Tom sonrió ligeramente. El silencio se extendió durante unos segundos.

—Entonces, ¿cómo está tío Rolf? —preguntó Harry, para romper el hielo.

Luna sonrió ampliamente.

—Muy bien. Ha estado trabajando en el zoológico de Francia cuidando algunos Abraxan.

Harry parpadeó.

—¿Abraxan?

Luna ladeó la cabeza.

—¿Qué es un Abraxan?

Luna ladeó ligeramente la cabeza.

—Creo que debo irme. Harry, ha sido un placer volver a verte...

Luna se levantó, agitando su falda al moverse. Harry la siguió con la mirada, y pudo jurar que ella desapareció en el aire.

Sus ojos vagaron a la perplejidad de Tom.

—¿Tienes idea de qué cojones es un Abraxan, Tom?

Tom se encogió de hombros.

—Será algún animal francés. Tu madrina está... un poco loca, ¿no? —dudo Tom, sin querer ofender a Harry. Harry rió.

TintaWhere stories live. Discover now