Día 1

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Ahora si empecemos. Nunca he sido bueno para hacer cosas, nunca fui el destacado en algo, nunca en mi vida he recibido halagos por hacer perfecta una tarea. Bueno al menos eso fue así hasta que la conocí.

¿De quién estoy hablando? Pues de xxxxxxxxxxxx quien ya no está aquí conmigo.

Luego de estar por cumplir 2 años de relación (la mejor hasta los momentos presentes de mi vida), por razones totalmente inesperadas tenía que terminar. ¿Qué agradable no? Tu vida futura se derrumba por una perdida, los cimientos y bases de tu destino son tronchados hasta lograrte desplomar, tocar fondo y no saber que hacer es una gran desesperación.

¿Pero cómo llegue a tal punto? Pues demos un paso al pasado.

5 de octubre de (no especificare año)... ella vino a mi diciéndome "me voy del país, mi padre quiere que me mude con el mientras este en la universidad" pensé que estaba bromeando porque conocía sus facultades para las bromas pesadas. Ella y solo ella ha logrado vencerme haciendo bromas, que buenos recuerdos, pero me estoy saliendo un poco del tema.

Cuando ella me dijo eso solo se dibujó una sonrisa en mis labios que con cada segundo que pasaba se iba transformando en una imagen de decepción, dolor, sorpresa y tristeza, claro ¿quién no reaccionaria así ante la situación que se me planteaba?

Renegué de lo que me estaba diciendo, no podía creer que ella me dejaría por irse a vivir con su padre (lo sé, en esos momentos de desesperación se nos brota lo egoísta, egocéntrico y malhumorado), era la peor situación en mi vida, pero al parecer termine aceptándolo muy rápido.

Pasarían dos días para que ella se fuera y yo me quedara solo, quedamos en que ella se encontraría a alguien para amar, y que yo también me daría la oportunidad con alguien más. Después de todo ella estaría fuera por al menos 4 años.

En esos dos días nos despedimos en las noches como si jamás nos volveríamos a ver, y de camino a casa mis pies caminaban por inercia balanceándose hacia mi destino. Yo no quería estar en mi casa ni un segundo, solo quería ver su rostro, tocar su piel, escuchar su voz y los latidos de su corazón, saborear sus labios y sentir el aroma que emanaba de ella.

Llego el día esperado que nadie quería esperar, y ella salió con sus maletas a su destino "el aeropuerto". Yo por mi parte tuve que salir con mi madre de compras por lo que no puede acompañarla hasta el lugar mencionado, ya podía sentir la desdicha acercándose hacia mí.

A medio camino ella tiene un accidente en el auto que la llevaría a su destino. Se lo que piensan, cliché, pero para los que no saben, la vida está llena de clichés y estereotipos que convierte a los mismos en tales.

Como ya dije estaba de compras y al estar de regreso a mi casa me llega la noticia a mi teléfono, daré el mensaje de texto tal cual como lo recuerdo, "Say, soy Jesica, la mama de xxxxxxxxxxxx. El carro donde iba choco, estamos en el hospital de (no especificare ciudad)... en cuanto puedas ven, se encuentra grave". Ese mensaje se sintió como una flecha clavada en mi corazón, y no, no era precisamente una flecha de cupido.

Salí al hospital en cuanto pude, mi mente no podía parar de pensar en maldecir a cierto ser (el padre de xxxxxxxxxxxx), en ese momento lo odie como a nadie más en mi vida, después de todo en mi mente era su culpa que ella estuviera así.

Cuando llegue al hospital me encontré con Jesica quien me dijo la dirección de la sala donde se encontraba, ella se encontraba con los ojos llorosos, eso me destrozo aún más, su rostro me confirmo que la cosa era grave.

Solo estaba a tres o cuatro salas de distancia y me sentí como en el maratón Francia 2012, sentí que dure demasiado tiempo en el momento de legar hasta la sala donde ella se encontraba, mis piernas temblaban de temor, mi corazón se agito y no precisamente por amor, mis manos sudaban aunque el hospital estaba lo suficientemente frio como para querer andar abrigado.

Abrí la puerta de la sala y vi a una belleza dormida por un gran impacto de coche que se hacía notorio en su rostro y cuerpo marcado por el daño. Raspones, moretones, exfoliaciones epidérmicas y demás marcas.

Fue un gran alivio ver que no estaba tan mal como pensaba, cerré la puerta y me senté a su lado y he allí el primer toque a mi puerta. Jesica me explico que estaba en coma por el impacto, que las probabilidades de que despertara eran bajas, el daño craneal era mucho.

El sonido en mi puerta fue ensordecedor en ese momento, rompí en llanto (aunque ya estaba llorando desde rato atrás), no soportaba escuchar el sonido de la desesperación, ¿pero cómo suena la desesperación en un momento así? Se los diré, suena así:

Piiii --------- piiii ---------- piiii ---------- piiii --------- piiii ---------- piiii. Ese es el sonido que emite una máquina de signos vitales, ese es el verdadero sonido de la desesperación.

Luego de procesar toda esa información que recibí me regrese a la casa de ella con el corazón más roto que vasija de porcelana en preescolar, pero ¿Qué fui a hacer? Simple, fui a buscar sus libros favoritos, esos libros que tanto le gustaba leerme mientras me recostaba de sus piernas, esos libros con los que en tantas noches me hicieron quedarme dormido en su regazo o su pecho, esos libros que tanto amó, eso fui a buscar.

Cuando regrese me decía a mí mismo que estaba leyendo los libros para ella, pero ahora me doy cuenta que solo no quería escuchar como retumbaba el sonido de la puerta siendo tocada.

7 de octubre, estaba yo sentado a su lado leyéndole libros que ella amaba, la verdad es que creo que me leyó tantos libros que termino creándome una nueva faceta, la fantasiosa, porque en el fondo de mi corazón yo esperaba que ella despertara al escuchar las frases de sus libros favoritos, y que al despertar me viera allí a su lado. Que románticos pensamientos ¿no creen? Que gran optimismo, que mente tan positiva, pero que gran fantasía me creía. Ya lo dije, la vida es cruel, y eso jamás va a cambiar, los milagros existen, pero este no era el día de que me llegara uno.

Leí todo el día, y si no hubiese sido por mi suegrita bella hasta hubiese olvidado comer en todo el día. Debo decir que ese libro jamás volvió a ser leído luego de eso, ni tampoco se leerá, porque fueron tantas las lágrimas que salían de mis ojos que la tinta en las hojas de aquel libro se corrió, sus hojas se arrugaron por la fuerza que producía el apretón de mis manos al tomarlo.

Me sentí totalmente impotente al ver que llegaba la noche y no se levantaba, sus parpados no tenían signos de querer moverse, su corazón en vez de latir más rápido lo que hacía era bajar en pulsaciones. El sonido de mi puerta era cada vez más ensordecedor y se daba la mano con el sonido de la desesperación haciendo de mi mente y mi calma un total caos.

¿Saben lo difícil que es escuchar que la muerte toque a tu puerta recitando con voz tenue pero perturbadora el nombre de la persona que tanto amas? No que va, ustedes no saben lo que es eso, es por eso que se los tengo que contar.

En toda la noche no pude juntar los parpados, ni estando dentro de la sala donde ella se encontraba, ni estando en la sala de espera. El primer día de desesperación acabo conmigo leyendo libros, que cosa tan extraña ya que yo no soy un intelectual letrado al que le guste pasarse el día leyendo, y mucho menos historias de amor y romance, pero me di cuenta de que me lograba calmar un poco con eso.

El sonido de mi PuertaWhere stories live. Discover now