C A P I T U L O 9°

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Desperté y ví al doctor, Matteo, psicópata, lo que sea, durmiendo.

Es primera vez que lo veo dormir, se ve más joven, además que es un amargado.

Me paré del suelo en silencio y salí de la cueva para hacer sonar mis huesos, que Dios se apiade de mi, nunca había dormido tan mal, digo, eh dormido en el suelo, pero no en rocas.

Curiosa camine hasta su moto, mire la parte donde se pueden guardar cosas que está en sus costados.

Iba a abrir este pero sentí unos fuertes brazos tomar mis hombros y voltearme bruscamente.

-Buenos días Luna- miro hacia la moto- Que haces?

-Nada yo, este, queria, solo yo, yo quería subirme a la moto para esperar a que despiertes.

Estúpida. Esa escusa no se la cree ni siquiera un bebé.

-Hago como que te creo- Sonrio sin quitar sus fuertes brazos de mis hombros-¿Quieres ir a la ciudad verdad?

-Si...-Dije dudosa.

-Bien, para que no nos descubran, creo que será necesario un cambio de imagen.

-Oh no, CLARO QUE NO. Mi cabello y mi estilo, se quedan.

-Entonces, suerte en sobrevivir sin ser descubierta.

-De seguro que me van a descubrir igual.

-Aja, pero nos dará tiempo.

-Tu que sabes, si eres doctor.

-Y tu que sabes si tienes 10 años.

-Tengo 17.

-No parece.

-Sueltame.

-Hazlo tu.

Rodee mis ojos y lo que no sabe Matteito es de que me enseñaron defensa personal al trabajar para el gobierno, como también me enseñaron muchas cosas más.

Con mis pies hice una sancadilla que aproveche para luego golpearle el estómago y luego soltarle sus manos de mis hombros.

Este ni se retorció ni nada, de hecho, me tomo y me acorraló en el suelo, si en el suelo, se lanzó encima de mi.

-¿Como aprendiste a hacer eso?-Dije agitada.

-No, solo instinto y tú?

-Defensa personal, solo defensa personal.

-Aja.

-Mira como dejaste mis jeans inútil.-dije mirando lo sucios que quedaron junto a mi chaqueta de cuero.

-Iremos a comprar ropa y a cambiar tu imagen.

-Y tú?

-No me buscan a mi.

-Puedes salir de encima?

-No.-dijo el idiotita este.-Sacame.

-Sicimi.

Este mantuvo una mirada desafiante, juro que tenía ganas de golpearlo.

-Que tengo que hacer para que salgas?- seguí hablando.

-Nada.

-Bien- puse una pierna cruzada con su cintura y mi boca la acerque a su oido- tu me obligaste Matteo.-dije de manera sexy.

La otra pierna la subí fuerte con intención de golpear sus testículos consiguiendo al fin que salga de encima. Me paré del suelo y me sacudí mientras que el se retorció del dolor.

Solos contra el mundoWhere stories live. Discover now