Me enseñaste amar a las estrellas y al universo antes de que te marcharas,decías que su luz era inagotable incluso hasta después de nuestra muerte,me explicaste la mayoría de los secretos que conocias del universo,tan silencioso,extraño y hermoso en todas sus maneras, yo sonreía al escucharte hablar con tanta intensidad todo ante un cielo lleno de muchas brillantes lucecitas,hoy daría todo por volver a escuchar de tus labios "El universo fue echo para admirarlo por su gran majestocidad y para ser visto con ojos de curiosidad", es mágico porque existen tantos complementos que lo hacen único en esta existencia,pero mágico era creer lo que decías ya que creías plenamente en lo que sabías sobre él, y si es maravilloso y facinante pero también inexplicable como la razón de nuestra existencia,me enseñaste amar el infinito y yo lo amé con la esperanza de creer que siempre estaríamos unidos.