Capítulo 2

999 206 167
                                    

Aquella noche miré al cielo preguntándome por qué la gente depositaba sus sueños en una estrella como si ella pudiera dejar el universo, venir a la tierra y cumplirlos. Me parecía una estupidez pero aun así en la oscuridad de mi cuarto, sentada en la repisa de la ventana, me encontré haciéndolo. Cerré los ojos y pensé con todas mis fuerzas en lo que quería (no tuve que esforzarme mucho en elegir) Cuando abrí los ojos todo estaba borroso y supe que mi deseo ya se había cumplido, ya que me sentía mucho mejor. Puede que siguiera enferma, pero en aquellos momentos no me sentía como si lo estuviera. ¿Tiene eso algún sentido?

***

En la clase era la chica silenciosa que intentaba pasar desapercibida a toda costa, y la mayoría de veces lo conseguía pero otras...

- Señorita Hill ¿Cuál es la solución?- interpeló el señor Dankworth llamando mi atención. Un hombre con edad para ser el abuelo del mismísimo Beethoven. De hecho creía que aún usaba la ropa de la época porque esas prendas no era posible que las vendieran en una tienda normal.

- Sale 273'15 grados Kelvin- contesté y volví a centrar la atención en mis apuntes deseando que no me preguntara otra vez. Afortunadamente no lo hizo y mi corazón volvió a su ritmo normal.

Con mis amigos era otra persona diferente, incluso me encontraban divertida. A menudo me preguntaba que era exactamente; una chica introvertida o social, triste o divertida. ¿Podía ser todo al mismo tiempo o no era nada realmente?

***

- Ali se te ha derramado encima el zumo de naranja.

Desvié la mirada rápidamente hacia mi camisa y pantalones preparándome para ver un estropicio inexistente, porque allí no había nada y el vaso estaba lleno e intacto. Centré mis ojos en Emily, una muchacha alta (visto desde el punto de vista de una chica que medía casi un metro sesenta) morena, de ojos azules y que usaba ropa tan extremadamente colorida que a veces deslumbraba verla.

- Bueno ahora que ya me prestas atención dime ¿Haces algo este fin de semana?

Tenía planeado leer una media de tres libros pero no creía que ella considerara eso "tener planes".

- Supongo que no- respondí finalmente.

- ¿Estas bien Alison? ¿Te noto un tanto rara, bueno, más de lo normal?- dijo mientras me estudiaba como si fuera un problema de matemáticas que necesitara resolver.

Sinceramente no supe cuál era la respuesta a esa pregunta. ¿Estaba bien? No, no había estado bien desde hacía tanto tiempo que ya ni lo recuerdo. ¿O es que nunca había estado bien?
¿Debería haberle contado algo? Seguramente no. No hubiera cambiado nada y sólo empeoraba las cosas. Me impedía olvidar, y necesitaba conseguirlo porque de no hacerlo, no hubiera podido seguir a delante. Necesitaba dejar de ser algo para ser otra cosa. Era una ilusión, lo sé. Pero a veces la vida es demasiado horrible para mirarla a los ojos.

Así que mentí.

- Sí, estoy bien

Nunca digas nuncaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora