Secuela de Hechicera
6 meses después de haber escapado del infierno de Mistic Falls, la reciente pareja se encuentra disfrutando de su libertad en la bella Italia.
Hasta que un día, Kira cae en coma repentinamente, algo imposible en un vampiro. Y Da...
Cuando por fin habíamos terminado nuestra intensa actividad sexual, había llegado la hora de decirle lo que había pasado. Pero no encontraba las palabras para hacerlo. Nick suele desconfiar de lo nuevo o desconocido. Eso lo sé más que nadie y no quiero que me rechace si resulta ser cierto que soy una hereje como me había dicho Freya que se llama a los híbridos de bruja y vampiro.
-¿Qué ibas a contarme, amor?- dijo besando mi cuello.
-Cuando bajé a hablar con Meredith, me dijo algo que tengo que averiguar si es verdad- dije buscando las palabras para decirle- Freya puede ayudarme. Pero me dijo que primero te contara a ti, porque era algo riesgoso-
-Estás nerviosa, amor. Cuéntame que pasó-
-Ella dijo que quiso matarme porque soy una bruja tan poderosa, que aún siendo vampiro mi poder sigue dentro de mí- escupi todo rápido, con los ojos cerrados para no ver su reacción.
-¿Qué?- se escuchaba confundido- ¿Eres bruja, amor?-
Acarició mi mejilla, para que abriera los ojos. Pero no quería, tenía miedo de lo que pudiera pasar si lo hacía.
-Abre los ojos, cariño- susurró con voz suave, casi hipnótica.
Cuando junté el suficiente coraje, los abrí. Encontrándome con esos preciosos ojos azules, que me regalaban una mirada llena de amor y comprensión.
-Puedes llegar a ser un hereje ¿Y qué?- dijo divertido- Te juré no volver a cagarla amor, y lo cumpliré con todas mis fuerzas-
No pude resistirme a besar sus labios. Cuando se ponía en plan dulce y amoroso me volvía loca por él.
-¿Qué quiere hacer Freya para saber si es cierto o no?- preguntó aún sobre mis labios.
-No lo sé, cariño. Sólo me dijo que te contara a ti, porque si me pasaba algo ibas a matarla-
-Cuanta razón tiene- susurró bajo, tanto que casi no lo oía- Vamos a ver que sucede-
Por suerte habíamos terminado en nuestra habitación, porque sino tendría que andar desnuda por la casa, en busca de ropa. Ya que la bestia interna de mi novio había roto lo que traía puesto. Elegí un conjunto relajado, para estar en casa.
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Salimos de la habitación, en busca de la mayor de los Mikaelson. Se encontraba en su santuario de magia, como me gustaba llamarlo, junto al novio de mi hermano.
-Estaba a punto de ir a buscarte, Rojita- dijo Harry con una sonrisa pervertida.
-¿Qué necesitas para saber si tengo magia o no, Frey?- pregunté intentando salir del incómodo momento.
-Si es cierto que la tienes, lo más probable es que esté bloqueada- dijo mientras buscaba en su grimorio- tengo que encontrar el bloqueo, metiendome en tu mente-
