Mil y una vez

Depuis le début
                                    

Amé a Jonas con todo mi corazón, como cualquier hermano ama a su hermano pequeño

Desde entonces siempre me encargué de protegerle de cualquiera que intentara hacerle daño, aun cuando nuestros primeros años de convivencia juntos no fueron nada fáciles

Jonas era el sueño de cualquier padre: dulce, listo, estudioso y guapo. Yo era más la pesadilla de cualquier suegro: rebelde, contestón, insensible, malhumorado y poco cariñoso

Mentiría si dijera que nunca vi como mi madre me miraba con pena al verme al lado de Jonas.

Ella hubiera preferido tener a alguien como Jonas

Lo que ella no sabía, era que yo también lo hubiera preferido; quizás él si que hubiera podido impedir lo que le pasó


Con el tiempo los temblores desaparecieron, poco a poco, dejando a su paso a un chico cada vez más duro, menos humano.

Había dejado crecer tantas barreras a mi alrededor que nadie era capaz de saber realmente qué pensaba o sentía en ningún momento

Todos creyeron que yo era un cabrón sin sentimientos, que solo utilizaba a la gente para mis propios intereses

Al principio solo deje que lo creyeran

Luego me termine convirtiendo en eso


Aun ahora, cada vez que cierro los ojos le veo; le veo diciéndome lo marica que soy, lo poco hombre que soy, lo incapaz que soy de defender a alguien, por más que le quiera


La segunda vez que me di cuenta de que quería a Jonas fue también otra de las veces en las que le decepcioné. Fue cuando llegó a casa un ojo morado y una sonrisa de oreja a oreja

Le había dado una paliza el día que yo no había ido a clase

Jonas había recibido golpes mientras yo estaba en casa haciéndome el malo para librarme del examen de francés

"Eres un puto inútil, ¿ves lo que has conseguido? ¿Acaso una polla vale tanto la pena?"

Mi padre tuvo siempre razón, lo supe ese día mientras sentía como mi pecho se hacía trizas, y cada pequeña vez que veía el moretón de Jonas

Solo me perdoné lo que le había pasado a Jonas cuando me contó que, gracias a la paliza que le dierin, había conocido a un chico de su clase que le gustaba

Desde ese día Jonas ha tenido un enamoramiento con ese niño salvador

El niño se llamaba Isak

Mi primer gran error fue no recordarlo


La tercera vez que me di cuenta de que amaba a Jonas, y también la tercera vez que me sentí mal conmigo mismo por fallarle, fue cuando llegó, hace tan solo unos días, a mi cuarto contándome lo emocionado que estaba de que le hubiera tocado hacer el trabajo con ese chico que tanto le había gustado desde hacía años

El chico al que yo le había ofrecido mi cama

El chico cuyo número había robado de su teléfono móvil sin decirle nada

El chico al que le acababa de enviar dos fotos subidas de tono

¿Y si me hubiera dicho que si? ¿Cómo no pude siquiera preocuparme en saberme el nombre del chico que tanto y durante tanto tiempo le había gustado a mi hermano?


La vigésima vez que me odié a mi mismo y que traicioné a Jonas fue cuando vi que Isak estaba a punto de abrir la puerta de su habitación aquella vez en la fiesta

Like I Would (Evak/Josak)Où les histoires vivent. Découvrez maintenant