Solo han sido cinco minutos, me han parecido años, sinceramente me ha gustado nuestra conversación, paseando por la parte de atrás de mi edificio.
No recuerdo muy bien de que hablábamos, solo recuerdo que fue la única vez que tuve el valor de mover mis labios para pronunciar palabras. Di gracias a el sol por dejar que mis ojos le miren a los suyos, creo que ya sabe lo que siento aunque tampoco sé si es verdad que lo sepa. Demonio que me ha robado el corazón en unos escasos metros, unos pocos minutos un tiempo que siempre repetiría una y otra vez como mis libros favoritos, solo habría una cosa que suprimiría, el momento de separarse, gire la esquina y el tiempo se paró, y me gustaría repetirlo, sabes creo que ya la palabra Habib ya no hace falta así que tomare el suyo verdadero nombre, Jorge, ya han pasado escasas semanas de cuando lo vi por primera vez, espera no miento creo que más tiempo.
Ya está casi en cuarto creciente, ya he cortado la madera para preparar los amuletos para ti, pero que mal quedaría solo para ti y ya, además que sería raro darte algo a ti solo, ¿no? Bueno por donde iba... A claro cinco minutos que repetiría cómo mi canción favorita, una y otra vez, espera me estoy precipitando. Tal vez estoy llegando a la obsesión.
Que locos esos cientos de segundos que parecieron dulce canción al corazón para dormir, y volver a la noche donde escribo estas malditas líneas, que están escritas con el pasos de mis dedos sobre la pluma, y la misma sobre el elegante papel, -bayse de mib mió qorazon- estos benditos minutos, estos benditos segundos, dame la sangre que he mana del gran árbol y dame el dulce amor de tu enterrada alma. Ya no quiero nada sino estar un rato a tu lado.
Que me dices Jorge vienes conmigo a volver a hacer lo mismo ya sabes... Hablar.
