Capítulo 21 ¿Más problemas Anais?

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-¿Tía Qué es el libro de los muertos?- de inmediato veo como se tensa.

-¿Dónde lo escuchaste?- trata de sonar calmada.

-En el sueño que tuve con Octavos él dijo algo como “busca el libro de los sueños.”

-Son sólo sueños Anais, en el limbo de los sueños nada tiene sentido- ella se encoge de hombros.

Me quede viéndola unos segundos muy largos, la forma en la que se tenso me hacía saber que sí tenía alguna información útil ó tal vez tenía razón sólo era un sueño más formado por mí activa imaginación... Tal vez... Aunque si así lo fuera... ¿qué hacía Octovos ahí? ó bueno la pregunta es ¿por qué me dijo que lo buscara?.

...

-¿Segura que Aaron biene por ti?- pregunta Mey en la entrada de su tienda vudú.

-Sí- la verdad no, son más ó menos las 7:30 PM, ya el sol se escondió y el paisaje nocturno se está haciendo presente.

Me quede toda la tarde con Macristen, no volvimos a tocar el tema los sueños, ella es muy parecida ha mamá, es delgada, cabello corto pelinegra, no pasa de los treinta y cinco. Lo único en lo que no son parecidas es en los ojos mí madre los tenía negros y ella los tiene azules, le había dicho ha Aaron que le diría ha Mey que me llevará ha casa, pero no quiero molestar. Así que le había dicho ha ella que Aaron me esperaba en la esquina, además de que quería caminar.

-¿Porqué Aaron no vienés hasta acá?- ¡mierda!.

-¡Ah!... Bueno viene con Tess ya sabes como es... Bueno me voy- contesto y salgo haciendo un ademán con la mano.

Afuera el frío me azota fuertemente, por suerte en mí bolso traía una chaqueta. La luna estaba media y pasado mañana era llena, no sabía como Aaron llevaría esto, tampoco si en las anteriores lunas se quedaba en casa ó si se iba, la vez pasada se fue ha la casa de Mildre. Seguí caminando, las calles estaban desoladas y sólo las lamparas iluminaban los andenes, metí las manos en mi chaqueta para hacerlas entrar en calor.

Mientras más caminaba me sentía menos confiada... ¿¡Porqué mierda no llame ha Aaron!?... Ya estaba unas cuadras lejos de la casa de Macristen, así que no me podía devolverme, pase al frente de un callejón lleno de basura y contenedores. Dentro de la oscuridad habían tres chicos, pude verlos por que se veía el pequeño punto rojo de lo que sea que estuvieran fumando, así que fue fácil darme cuenta de que estaba allí. No me detuve ha mirarlos sólo seguí caminando.

Unos segundos después mire por el rabillo del ojo que los chicos habían salido de su escondite y ahora me seguían en silencio... Ahora sí me arrepiento de no haber llamado ha Aaron... Trague saliva en seco, mientras caminaba escuchaba los pasos de mis acompañantes, empecé ha caminar más rápido para ganar tiempo.

-¿Por qué tan solitaria princesa?- pregunta uno de ellos.

Saque mí celular para llamar ha alguien sin dejar de caminar rápido, miré por el rabillo de ojo ahora solo habían dos... Esperen, ¿dónde se fue el otro? Estoy segura que.

-¿No corras princesa?-  él otro hombre me había enbozcado en la esquina de la cuadra.

Me había quedado congelada en mí sitió, tenía el celular en la mano y mi pecho subía y bajaba... ¿¡Por qué mierda no corres Anais!?... Sin darme cuenta me pusieron una mano en la boca forcejeó pero el que estaba en frente de mí me toma de los pies así que dejo caer mí celular, los tres me cargan y me llevan a un callejón cercano aunque no les quedo fácil ya que siempre forcejee y cuando podía tiraba patadas. Me tiran al suelo cuando lo hacen me lastiman la herida en mí pierna, así que suelto un aullido, uno de ellos rápidamente se pone encima de mí.

Me observan #1Where stories live. Discover now