Capítulo 12 Colapso de sinceridad

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(...)

-Llamaron del colegio Anais ¿qué fue lo que paso con el profesor?- Dice Marco mientras me sigue, subiendo la escaleras pisandome los talones.

-Si llamaron del colegio debes de saber qué fue lo que paso- le contesto yendo a mi habitación.

-Quiero escucharlo de tu boca Anais- suelto un suspiro- y quiero la verdad Anais. Me detengo en el marco de la puerta de mi habitación, giró en mis talones para mirar su expresión, está de brazos cruzados y una ceja arqueada. 

-Sólo le dije que se metiera su materia por donde más orgullo tuviera- Me introduzco en la habitación, cierro la puerta antes de que él entre- Espérame ahí- le digo.

-Anais, ¿porqué le dijiste eso?.

-Tenía rabia- Sacó unos leggins negros y unos crop top de tiras cruzadas, la ropa perfecta para hacer ejercicio. Me quito los jeans, la blusa y me pongo la ropa que saque, me quito los militares y saco unos comvere.

-Anais- me llama Marco en forma de advertencia pero lo ignoro- ¿Anais que fue lo que paso?- Voy a la mesa de noche, del cajón sacó los auriculares, voy a la puerta y la abro. Allí sigue Marco. Con su ceño fruncido, pongo los ojos en blanco.

-No dejaras de insistir ¿verdad?.

-No, ¿qué pasó?.

-Mencionó a mí madre ¿contento?- contestó bajando de nuevo las escaleras.

-¿Qué?.

-No se suponía que debías informar mí caso ha todos.

-Y lo hice.

-Lo hizo a propósito el hijo de perra- me detengo en la puerta principal.

-¿A dónde vas Anais?- pregunta Marco.

-A correr- abro la puerta.

-Anais está haciendo frío- cierra la puerta

-Ya me acostumbre al clima- vuelvo abrirla.

-Hija.

-Padre- resopló con irritación, nos miramos unos momento ninguno con la opción de dar a torcer el brazo.

-No demores Anais, lleva tú celular y si no llegas en una hora mandaré a buscarte con Aaron.

-Adiós Marco.

Cierro la puerta detrás de mí, conecto mis auriculares y los conecto al celular. Salgo corriendo miro el vecindario que va quedando detrás de mí, todo esto es tan nuevo para mi, no estaba acostumbrada a una familia mi única familia era mi mamá, Kary, mí madrina y James. Ellos eran los únicos importantes en mi pequeño mundo, ellos me aceptaba con todo y defectos a pesar de lo jodida que estoy eso ha ellos no les importaba. A veces creo que no merezco personas tan buenas al mí alrededor, ellos son tan bueno, tan puro. Ellos demuestran ser humanos, mientras que yo puedo destruir ha una persona de la manera más cruel y no sentir remordimiento. Y eso duele, duele que me rodee persona así y yo, yo tan mierda con todos. No merezco tantas cosas y aún así las tengo. Miro cómo mi vida cambió tan repentinamente, piensos en todos las veces en las que Tess me ha demostrado amor. Y yo ni un gracias le he dado, aún así ella no se rinde. Las veces que Aaron nos ha protegido, las veces en las que se ha metido en problemas por nuestra culpa. Todo es tan confuso, tan jodidamente confuso. Todo en mí pequeño mundo era tan perfecto, tenía todo y ha la vez nada. De repente me entran una tremendas ganas de llorar, me detengo un momento en un pequeño parque en la plaza. Apoyo mis manos en mis rodilla inhaló grandes bocanadas de aire trato de controlarme una lágrima rebelde sale y rueda por mi mejilla. Tengo que dejar de pensar en mamá ó me pondre mal de nuevo, no quiero seguir recordándola con dolor, quiero recordarla tal y como ella era, alegre, feliz, dulce, tierna. Por que a pesar de nuestro pasado ella murió feliz. Miro todo a mí alrededor, un pequeño parque, una chiquilla llorando por un helado. Algunas personas caminando y hablando acogedora mente, algunos niños corriendo y jugando a las atrapadas. Respiro hondo me dirijo a un pequeño banco, saco mi celular y veo dos mensajes uno de James y Otro de Kary.

Me observan #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora