El Viaje

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Fermín había llegado a un punto límite en su vida, la sensación de angustia que experimentaba era inmovilizadora. Años atrás solía ser una persona plena, repleta de proyectos y ferviente de optimismo. Lastimosamente en estos ultimos meses había entrado en un plano repleto de oscuridad y sufrimiento. Su esposa Maite luchaba contra una horrible enfermedad y su salud se deterioraba a pasos agigantados. Él por su parte, no soportaba la idea de no poder hacer nada al respecto, se había convertido en un mero espectador del deterioro y la decrepitud humana. Tras la muerte de Maite supo que no podía caer más bajo, sus planes de vida se derrumbaron irremediablemente y sus sueños desaparecieron llevándose con sigo cualquier esperanza de felicidad. Ahora solo la frustración y la angustia ocupaban su mente.

Fermín y Maite eran personas muy queridas y respetadas entre sus colegas, ambos trabajaban en el instituto N° 36 de Santa Isabel. Ella era una excelente traductora de inglés que había descubierto una gran vocación de docente, mientras que él amaba la literatura más que a nada en el mundo. Aunque las clases de Fermín eran muy interesantes, su pasión eran las novelas de ficción que escribía en secreto, las cuales a pesar de los intentos de Maite por convencerlo, nunca había querido a publicar.

Después de pensarlo por varias noches, decidió que no podía seguir viviendo en ese patético estado de angustia. Tenía que salir de nuevo a enfrentar el mundo, después de todo es lo que su esposa hubiese querido. Fue pensando en ella que resolvió ponerse a escribir, esto siempre lo había ayudado a superar sus problemas, cada vez que se sentaba frente a su computadora y dejaba volar su imaginación todos sus conflictos desaparecían. Era como si sus historias abriesen portales a otras dimensiones donde él disfrutaba de una vida nueva.

Lamentablemente, esta vez las cosas resultarían diferentes. Cada intento de imaginar una situación entre personajes terminaba en una tragedia, su imaginación parecía estar infectada de oscuridad y tristeza. Entendió rápidamente que debía escapar de su departamento, allí había pasado las mejores épocas de su vida junto a su esposa, pero ahora, lejos de sentir felicidad y armonía, todo era caos. Hasta el objeto más insignificante le recordaba a ella, cada momento que pasaba allí era sin duda una agonía.

Un domingo de junio todo llegó a un punto culmine. Su angustia lo arrastró a querer quitarse la vida, pero lejos de seguir ahondando en esa idea, Fermín armó los bolsos, cargó combustible en la estación y tomó la ruta sin ningún rumbo establecido, era como si su mente estuviese en blanco.
Salió de la ciudad y se alejó kilometro a kilometro hasta escuchar solo el zumbido del motor. Fue a unos doscientos kilómetros que sus pensamientos aterrizaron y se sintió aliviado, casi no recordaba nada del camino recorrido, pero el cambio de aire le había sentado bien.

Siempre le había apasionado el mar, recordaba esas largas tardes que pasaba junto a su esposa tomando mate y escribiendo durante las vacaciones de verano. Entonces una idea nació en su cabeza y sin dudarlo decidió llevarla a cabo. La situación era distinta a lo que recordaba ya que ahora  se encontraba solo y el frío del invierno se hacía sentir. Se le ocurrió que podía viajar hasta la costa atlántica. Así que eligió al azar un pequeño pueblo costero para resurgir de su estado depresivo.

Habían pasado varios días de la última visita de Fermín al instituto en Santa Isabel. Pero esto no suponía ningún tipo de problema. El director del establecimiento, quien se consideraba un íntimo amigo de la pareja le había permitido una licencia de tres meses a Fermín para que pueda recuperarse de esta tragedia y así volver en plenitud a dictar a sus clases.

Mientras descontaba kilómetros en la ruta decidió en un acto de amor y superacion, que iba a publicar sus libros, era una forma de cumplir el deseo de su esposa y además lo mantendría ocupado y escribiendo. Se le ocurrió que la mejor forma de hacerlo sería escribir una nueva novela en los próximos dos meses y publicarla inmediatamente cuando llegase a la ciudad. Luego de eso continuaría publicando las historias escritas que tenía muy bien guardadas.

El Viaje Where stories live. Discover now