El vínculo del crisantemo

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菊の絆 : Kiku no kizuna : El vínculo del crisantemo

Cuando Kenma terminó con Kuroo, lo hizo con un sobre abierto en la mochila que traía en la espalda y una fingida expresión de tranquilidad que no concordaba con el dolor en su corazón.

Apenas había llegado al departamento que ambos compartían y, por primera vez en mucho tiempo, Kuroo ya estaba ahí antes que él. Las palabras fluyeron de su boca antes de que siquiera las pensara, incluso antes de que Kuroo le diera la bienvenida. Y su corazón dolía, pero el modo en que la expresión de Kuroo se contrajo desde la sorpresa hasta una incredulidad mezclada con angustia le afectó más y volvió ese dolor casi insoportable. Casi, porque él debía soportarlo. No le quedaba de otra cuando la segunda opción era seguir juntos y condenar a Kuroo a una vida llena de sufrimiento a su lado.

Irse del departamento fue realmente difícil, más con un Kuroo que se oponía a lo que estaba ocurriendo y le pedía unas explicaciones que él no podía dar. Esto se enfrió. Apenas nos vemos, te has distanciado. Escogiste tu trabajo por sobre nuestra relación. Priorizaste todo, menos a mí. No estoy dispuesto a esperar más. Esas fueron algunas de las mentiras que soltó temblorosamente, buscando algo que le ayudara a hacerlo definitivo. Algo que rompiera un lazo tan fuerte. Pero no estaba siendo suficiente y cuando el Dejé de amarte, Kuro logró abandonar sus labios, Kenma estaba dándole la espalda para que no viera las lágrimas que brotaban de sus ojos.

Kuroo se había ido, dando un portazo. Kenma había armado una maleta con las cosas más necesarias, como las de su propio trabajo, algunos artículos personales y ropa, y se fue a casa de su madre con el corazón destrozado, pero con menos culpa en su consciencia.

Ella ya lo sabía. Se había mostrado completamente en desacuerdo con su decisión, pero no había hecho nada para impedirlo. Tampoco le había contado a Kuroo nada de lo que pasaba porque él no quería que supiera y por más en desacuerdo que estuviera, ella lo respetó.

Sin embargo, Kuroo no lo hizo. Fueron días difíciles ignorando sus llamadas, sus mensajes. Permaneciendo encerrado en su antigua habitación cuando Kuroo conseguía tiempo para ir a buscarle, mientras su madre, aguantándose las lágrimas, le decía que él no estaba ahí, que ella sólo sabía que se estaba quedando con un amigo.

Kenma apenas conseguía aguantar leer esos desgarradores y extensos mensajes rogándole explicaciones, sinceridad, llenos de preocupación por él y prometiéndole cambios maravillosos si volvían, si ambos se esforzaban por lo suyo. No podía aceptar nada de eso. Desde un inicio Kuroo no había tenido que cambiar en nada, para él siempre había sido alguien hecho a su medida, perfecto y equilibrado, incluso si los últimos meses había pasado menos tiempo en casa, menos tiempo con él, permanentemente agotado de tanto trabajo en el internado del hospital. Porque aun así Kenma siempre encontraba mensajes cariñosos en el celular, alguna nota en la mesa del comedor, a veces junto a un desayuno delicioso o junto a las indicaciones para armar uno con cosas fáciles de preparar usando alimentos que el mismo Kuroo se encargaba de poner en la nevera.

Finalmente, dejó de poder aguantar esos mensajes, porque tenía suficiente con los recuerdos que le hacían añorar aquella vida en pareja que habían mantenido por ya casi ocho años, aquella relación que había cumplido diez poco antes de que él mismo la hubiese terminado.

Kenma cambió su número de celular el mismo día que tuvo su primera diálisis. El mismo día de su cumpleaños.

Los exámenes habían salido muy malos. Él llevaba alrededor de dos meses con dolores de cabeza, calambres, náuseas que los últimos días le habían llevado a vomitar, somnolencia extrema y estaba seguro de que había bajado mucho de peso, y por ello, luego de años sin hacerse un chequeo profundo más allá de los que le imponía la empresa para la que trabajaba traduciendo videojuegos desde casa, decidió, presionado por su madre, ir a un doctor. Se había mostrado un poco reticente al comienzo, más por lo caro que salía hacerse tantos exámenes de golpe que por la idea de ser pinchado y sometido a cosas extrañas, pero terminó haciéndolo.

Kiku no kizuna: El vínculo del crisantemo. [KuroKen]حيث تعيش القصص. اكتشف الآن