Capítulo Cuatro

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Nervios

A las siete con quince de la mañana, tengo que estar en la Escuela Libertad esperando el bendito ómnibus... Voy justamente bien.

Selecciono, mi cuaderno de apuntes, mis novelas en físico, mi 2DS para jugar Pokémon y mi Smartphone para escribir mis tonterías en Wattpad y llamar a mi mamá si le llego a perderme de nuevo.

Solamente he ido una vez a la Academia, fue un viaje largo. No recuerdo a donde tengo que bajar, a dónde tengo que ir, a cuál es mi grupo. Por estar todo el tiempo jugando al Pokémon Sol. ¡Hasta se me olvido anotar todo!

Tendría que preguntar a un estudiante... Al menos que.

Ma.

Diga, mi niña.

¿Sabrás si me podrás llevarme al colegio?

No sé si te dijeron que los estudiantes de bachillerato no dejan entrar con sus acudientes

¡¿Cómo?!

¡¿Qué le pasa al área administrativa?! ¡¿Cómo le va a hacer eso?! Ash...

Te acabo de enviar la dirección de la escuela en GPS, los omnibuses por lo general dicta cada parada...

Ma... ¡Me voy a perder!

—Yo quisiera te puedo acompañarte hasta la entrada... Pero tengo que llevar a Alberto al jardín de niños, él tiene su prioridad.

Vale.

Ya valí... Mi mamá hace estás cosas por costumbre, es capaz de dejarme por allí con el corazón bombeando con toda su fuerza, provocando miedo y desesperación. ¡Me voy a perder!

Adé, me llamas cuando llegas allá o si hay algún problema

Okei.

La señora Gloria Castillo de Pérez, me acompaña hasta la entrada de la Escuela Libertad, el plantel que tuve prácticamente todo mi vida. Me dio escrito el grupo de que pertenezco y el profesor consejero que me corresponde. Me despide con un abrazo, mientras yo observo la cantidad de gente que se baja del transporte anaranjado con líneas blancas que acaba de llegar. Interrumpo el abrazo, y veo como ella y mi hermano entran al colegio.

Me coloco en la columna de gente, donde espera subir al bus. Son justamente las siete y catorce de la mañana, según dicta el teléfono inteligente. A salir toda la gente, principalmente de estudiantes de mi ex escuela, ya nos deja subir al ómnibus. Elijo exactamente los asientos para embarazadas y jubilados, donde había un joven alto con cabello castaño rojizo, parecía la piel de un asiático pero con ojos más abiertos. Llevaba el uniforme de la Academia Fanima.

Discúlpame, joven. ¿Sabe si este bus llega a la Academia Fanima?

Yo, preguntando lo más obvio hacia el joven de la Academia. Pero claro con un tono de voz bastante bajo, para ocultar la estupidez de pregunta que hago, sin embargo; el miedo me tiene controlando poco a poco.

El muchacho no me responde, supongo que no me escucho. Así que lo pellizco su camisa manga larga para llamar su atención. No puedo ni mencionar alguna otra palabra, estoy templando.

Disculpe, le hice una pregunta...

El estudiante me observa fijamente, como si estuviese furioso o enojado, sin embargo no me dejo terminar, estos nervios no me dejaban pronunciar algo.

Sí, llega hacia allá...

G-gracias.

Todavía el joven me queda mirando... Le inserto una pregunta más.

¿U-usted es de primer año de bachillerato?

Sí.

Y-ya veo...

Se aproxima un silencio por varios minutos... Coloco mi pequeña bolsa negra, sobre mi falda roja. Para sacar nuevamente mi celular, y observo nuevamente la hora. Son las siete con veintitrés, tengo que llegar allá antes de las ocho.

El transporte iba demasiado rápido, ni siquiera paraba, estaba repleto de estudiantes de la dichosa academia y otras escuelas cercanas a ella. Solo miraba a todos lados, en vez de hacer algo que estoy acostumbrada, como leer algo. El miedo aún estaba presente. Sin embargo...

Papá, estoy llegando a la Academia

—...

¿Tú vas a llevar a los dos a casa o los vengo a buscar?

...

Vale, dígale que voy por ellos hoy. Bye.

El chico que estaba a lado mío, estaba solicitando una llamada por un aparato extraño, parecía un teléfono chafa, esos de que los viejos usan.

Un momento se queda mirando, le veo los ojos brillantes de color chocolates oscuros... Es una de las pocas veces que le observo fijamente a los ojos de alguien sin que me incomode.

Es aquí—comenta el muchacho

Fue rápido

Ya comencé a tranquilizarme un poco, ya el conductor abrió las puertas para salir, nos levantamos. Nos colamos dentro de la columna, y salimos posteriormente. Obviamente se tenía que pagarle al busero.

¿Sabes a dónde está los primer año de bachillerato?—preguntó el muchacho inquieto—Es que no tuve el tiempo de venir aquí

La verdad no, solo sé que estoy en el Ce guion jota—le respondí con profunda sinceridad, mirando el papel que llevaba en el bolsillo de mi falda

Qué curioso, estás en el mismo salón que yo.

¿Es una broma?

Vamos a buscarlo por allí.

Observo mi Smartphone, son las siete con treinta y cuatro. Falta media hora...

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⏰ Last updated: Jun 04, 2018 ⏰

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Entre la Tristeza y la Felicidad EternaWhere stories live. Discover now