Capítulo 6. Hermanastros, la semana y helado de noche, parte 2

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Andrew P. O. V.

Estaciono mi Mustang GtO5 negro en la entrada de la casa Richards, la miro y pongo una mueca, no entiendo por qué tenemos que quedarnos en esta casa minúscula teniendo nuestra gran mansión en una de las mejores residencias en la ciudad, pero luego en lo radiante que mi mamá ha sonreído desde ayer y sé que no quiero arruinarle la felicidad, esa que no ha tenido desde... desde papá, Ian y yo daríamos lo que sea porque mamá siempre este feliz y si esta en nosotros haremos lo que sea, incluso quedarnos en esta minúscula casa, bajo y miro como la moto de mi hermano es estacionada cerca de mi auto y él baja luego de quitarse el casco, camina adentro y abre con la llave que mamá nos facilitó para entrar cuando llegásemos pero por alguna extraña razón la puerta se encontraba abierta, fruncí el ceño al igual que Ian y entramos en silencio, soltamos el aire que habíamos retenido cuando encontramos al señor Jacob en la cocina aun utilizando su uniforme de policía, parecía muy enfocado en el papel que tenía en las manos, nos acercamos por detrás y pude ver que era una foto de Ambar cuando era una niña, ella parece muy triste hecha un ovillo en una esquina mientras solloza, él suspira y cuando nota que estamos allí nos indica que nos sentemos.

- Llegan temprano – afirma viéndonos y nosotros lo vemos, parece algo cansado y asentimos.

- Nuestro profesor de matemáticas dijo que hoy no iría a dar clases porque tenía una emergencia y como no teníamos práctica pues decidimos volver a casa temprano – afirma Ian y la forma en la que dijo casa parece que llamó la atención del señor Jacob pues este lo miro levantando una ceja – Lo siento es que... no estoy acostumbrado aún – se encogió levemente en su asiento y el señor Richards largó una carcajada y miro alrededor, la pequeña estancia de la cocina parecía contener muchos recuerdos agridulces por la manera en que puso una mueca y suspiro.

- Aquí a mi niña casi la mata su estúpida madre – mascullo con odio y no pude evitar alzar mis cejas sorprendido por lo que dijo – También fue en esta misma cocina donde casi lo incendia todo por querer prepárame un desayuno cuando cumplió trece años, mi niña no tiene ningún dote para la cocina – niega con la cabeza riendo y se levanta, pasa una mano por la cocina como si recordara algo y se encamino a la nevera, tomo una botella de agua y la abrió, comenzó a beber y nos miró fijamente, me removí sintiéndome algo incómodo por tener su mirada en mí y luego negó con la cabeza – Su madre dijo que vendría temprano hoy...

- Lo que significa que llegara más tarde que de costumbre – interrumpo rodando los ojos y él me mira levantando una ceja – Es lo que dice siempre, nunca lo cumple por supuesto, siempre le sale algo y termina llegando a casa tarde...

- Bien, como sea el caso estaremos aquí nosotros tres, al menos hasta que mi princesa llegue ¿Quieren hacer algo? – a veces siento que Jacob se esfuerza demasiado para agradarnos

- Podemos jugar videojuegos – murmura Ian y le sonríe, Jacob nos ha demostrado que es un buen hombre, solo que a veces también lo vemos algo retraído como si le costara hablar sin temer a decir algo que desencadene que tenga que hablar de otras cosas, él asiente y sonríe antes de caminar hacia la sala indicándonos que irá a arreglar todo para jugar – Aun así me cae bien para mamá – afirma mi hermano y lo miro asintiendo - ¿Esta noche vamos a correr? – asiento y chocamos puños, adoro a las chicas, eso es cierto, soy un playboy certificado, pero haría cualquier cosa por mi mamá y mi hermano gemelo.

...

Ian P. O. V.

- ¡Ya llegamos! – escucho como la puerta se cierra y escucho tacones, miro por la puerta y me enfoco en la pelirroja y la castaña que acaban de entrar a la sala, miro al señor Jacob dejar los controles y acercarse a su hija, veo como ella lo abraza y besa su mejilla al igual que la pelirroja, Gwendoline Spring, mi vecina caliente, sí, los Spring-Jobs viven en la misma residencia que nosotros, creo que no le han dado ese dato a la castaña que nos mira como si fuéramos nada a su lado, frunzo el ceño al igual que mi gemelo que la mira también y ella le susurra algo al señor Jacob que lo hace reír y despeinarle el cabello, veo a un chico castaño entrar y saludar con un firme apretón de manos al padre de Ambar y como este cambia su postura a una firme e infranqueable - ¡Papá! Vamos tú conoces muy bien a Jeremy.

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