🍁VI. Pigmentación negra🍁

16 2 0
                                    


     Corría

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

     Corría... Corría... Y Corría. Tenía la incesante necesidad de llegar a un lugar en especial, entre la negrura y nitidez no se oye nada y todo al mismo tiempo. Una fina capa de sudor le cubría todo el cuerpo, sus músculos estaban pidiendo a gritos que los dejaran descansar pero si paraba probablemente iba a llegar tarde ¿A dónde tenía que llegar exactamente? no lo sabía tan solo seguía a su instinto. De un momento a otro no pudo más y cayó de bruces. La oscuridad se disipó dando paso a un bosque con hojas de otoño, con la respiración entrecortada Madeleine evalúo su alrededor y su mirada choco con una jaula inmensa que se encontraba a un metro de distancia, en la cual yacían sus padres abrazados. Se levantó para tratar de llegar hasta ellos y liberarlos.

      Logro desplazarse un par de centímetro cuando se golpea contra algo, por la fuerza del impacto cayó, confundida se levantó nuevamente y trato de andar pero algo que no veía la detenía, alzó su mano y sintió una superficie lisa frunce su ceño sin comprender de qué se trata todo eso hasta que el entendimiento la inunda dándole sentido a los acontecimientos, está frente a una pared invisible, observó su mano maravilla por su descubrimiento pero cayó en cuenta que sus padres están al otro lado y tiene que llegar hasta ellos. Golpeo, pateo, gritó y empujó la imponente pared, invisible a la vista pero tangible al tacto, nada funcionó; la frustración invadió todo su sistema, la golpeó aún más fuerte pero lo único que consiguió fue agotarse, cayó de rodillas al piso y a su vez soltando un liberador grito que desgarró su garganta.

     Fija la vista en sus padres, observa como su madre se aferra a los brazos de su padre buscado consuelo en ellos, trató de buscar una solución pero no fue fácil, todos los acontecimientos de los últimos segundos, minutos y quizás horas nublaban su mente impidiéndole pensar con claridad, sus ojos se desviaron de nuevo a sus padres, se da cuenta que a pesar de las circunstancias el amor que hay entre ellos se ve hasta en un kilómetro de distancia se siente palpable en el ambiente, eso la relaja solo un poco. 

     Algo capta su atención tensándola y sacándola de sus pensamientos, descubre una sombra o mejor dicho distingue dos siluetas una grande y la otra diminuta, agudiza la vista pero al hacerlo se horroriza, la figura grande tiene la forma de un hombre erguido, tres brazos, tres espinas gruesas que salen de su alargada cabeza la cual parecieran ser cachos, dos manchas rojas brillantes y parpadeantes ella asume que se tratan de sus ojos, cuatro garras por cada brazo de una longitud aproximadamente de 10cm , una cola que al finalizar se abre en dos y su piel es de una pigmentación negra como una masa oscura con pequeños matices de color gris. La figura de tamaño diminuto es una linda niña o mejor dicho la delicada muñequita de porcelana. Madeleine aparta la vista rápidamente negando frenéticamente ante lo que sus ojos ven.

     Despierta de un salto envuelta en unos brazos que la apretaron por inercia, este gesto la hizo sobresaltar aún más aterrorizándola hasta los huesos y provocando que suelte un chillido.

—Shhh... No te asustes mi pequeña— balbuceo karla relajando inmediatamente a la nena —todo está bien ya estamos en casa... yo te cuidaré... seré como tu enfermera personal— deposito un beso en el cabello de la niña —duerme querida, descansa que falta poco para que el sol salga.

—Mami ¿cuándo me trajeron?— Curioseo un poco confusa

     Esta mañana estaba en el hospital y....

—Después de almorzar te quedaste dormida y el doctor te dio el alta— cada vez susurraba más bajito —te veías tan linda dormida que no nos parecía prudente despertarte y te trajimos con cuidado— lo último fue casi imperceptible de escuchar —ya se me lengua la traba— soltó un risita —duerme... mañana hablamos.

     Suspiró y no quiso hacer más preguntas, su madre sonaba muy cansada, sin embargo una idea rondaba por su mente y no se quedó quieta hasta formularla, la muñeca es la que ha estado causando todo, es culpa de lo que sea que era eso. Pensó en decirles a sus padres su descubrimiento pero probablemente no le creerían, pensarían que estaba loca, por eso decidió quedarse callada.

     Concluyo que debía de armarse de valor y deshacerse de la muñeca. Esa noche logró dormir hasta el día siguiente sin ninguna pesadilla que atormentase sus sueños.

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Madeleine y los Sueños SecretosWhere stories live. Discover now