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Casi sin notarlo, las horas habian pasado por demas de rapido para esa pareja que seguia charlando en la barra, contandose sobre sus vidas, sus sueños y desilusiones. 

Inuyasha le habia contado sobre Kikyo, sorprendiendose a si mismo, ya que el unico que sabia sobre eso era su mejor amigo, y socio de empresa, Miroku. Pero la azabache le inspiraba tanta confianza, que no habia podido detener las palabras una vez que abrio la boca. 

Por su parte, Kaghome tambien le habia contado sobre su dificil vida. Como desde que habia cumplido los 13 años habia empezado a trabajar ya que su padre no ganaba lo suficiente para mantenerlos, ni a ella, ni a su madre ni a su hermano. A la edad de 20 años habia quedado embarazada del que, en ese momento, era su pareja, pero un accidente en coche habia hecho que pierda a su bebé y, con eso, a su pareja ya que el golpe sentimental habia sido tan grande, que ninguno de los dos se habia logrado recuperar por completo. 

Recien en ese momento, cuando habian pasado 7 años, lograba sonreir con verdadera alegria, y no solo para complacer a los demas. 

- ¿Y tus padres? - Pregunto el peli negro, sonriendo bobamente debido al alcohol. 

- Siguen en mi casa, en mi ciudad natal - Kaghome tomo el vaso de él, alejandoselo - Demasiado por hoy, guapo. Hace 6 horas que estas bebiendo wisky barato, y no se que tan bien vaya a hacerle a tu cuerpo. 

- Vamos, guapa. Uno mas - La miro fijamente, con sus ojos de cachorro, logrando que ella sonriera - Por favor. 

- Ok. Uno solo, ¿Me has entendido, Taisho? - Él sonrio, mostrando sus hoyuelos, que hicieron que el corazon de la jovencita se acelere - Aqui tienes. Disfrutalo. 

- Eres la mejor - Apoyo su dedo indice sobre sus labios, para luego apoyarlo en los labios de ella, logrando un gran sonrojo de su parte - Por eso te quiero. 

- Me parece que es mas por el alcohol - Bromeo y fue a atender a un hombre que la llamaba. 

- Kag... - Resoplo el peli negro, llamando su atencion - Ven. Te extraño - Apoyo su cabeza sobre su brazo, recostandose en la barra - ¿Tu no me extrañas?

- Si, guapo. En un segundo voy - El hombre miro al joven, riendo. 

- Todas las noches un pretendiente nuevo, pequeña - Brindo en el aire, haciendo reir a la ojiazul. 

- Es que soy irresistible - Le guiño un ojo al señor, para caminar hacia su amigo ebrio - He vuelto, guapo - Se acerco a su rostro, besando su nariz - ¿Me extrañaste?

- Mucho - Balbuseo bajo los efectos del alcohol - ¿Quieres ir a dormir conmigo? No quiero dormir solo. 

- Ya eres grande para dormir solo - Bromeo, para acariciar sus cabellos. Eran muy sedosos. 

- Acompañalo, panda. No seas cruel con el joven - Una voz desconocida para Inuyasha se dejo oir, haciendo que levante su cabeza, encontrandose con otra peli negra con el mismo uniforme que Kaghome. 

- Osita - La azabache la abrazo, besandola en la mejilla - ¿Tan rapido paso mi turno?

- Es que estuviste entretenida - Se burlo, mirando al peli negro que sonreia de lado - Asi que no estas tan ebrio como aparentas, guapo - Penso para si misma la peli negra. 

- Callate - Gruño Kaghome y volvio su atencion hacia el bello joven recostado en la barra que no paraba de sonreirle con arrogancia. 

- Ve, acompañalo. No puedes dejarlo asi. 

- Pero...

- Nada de peros. Eres tu la que le sirvio casi dos botellas del peor wisky sobre la tierra - La empujo hacia la salida - Es tu responsabilidad. 

- Tienes razon - Kaghome miro a Inuyasha y una sonrisa gatuna se asomo por sus labios. Era realmente guapo, no podia desaprovechar esa oportunidad de tenerlo entre sus manos. Sabia que no pasaria mas alla de una posible noche de sexo, asi que no perderia nada - Vamos, guapo. 

- Gracias, bella - Se paro con dificultad, apoyandose en ella - Eres la mejor, ¿Te lo he dicho?

- Unas cien veces esta noche - Bromeo y comenzo a caminar hacia la salida - Yo manejare. 

- ¿Te gusta manejar las situaciones? - Siseo en su oido, logrando que un escalofrio recorra la espalda de ella. 

- No te das una idea cuanto - Mordio su labio, viendolo fijamente, sintiendo como una de las manos del peli negro paseaban sin verguenza por su cuerpo - No aproveches para tocarme mientras no puedo defenderme. 

- No te preocupes, guapa - Se acerco a su oido, susurrandole con tanta delicadeza, que el aire que escapaba de sus labios logro que la azabache se estremezca - Tambien te tocare cuando puedas hacerlo. 

- Eres un... - Y su voz se quedo suspendida al ver el auto de su acompañante. No podia ser cierto - ¿Ese es The 'Blue Magpie' Phantom Drophead Coupé? ¿El unico y valorado The 'Blue Magpie' Phantom?

- Asi es. Se lo compre a un empresario de Taiwan, que lo tuvo cerca de dos meses y se canso, asi que pague solo la mitad de su precio. 

- ¿Solo la mitad? - La azabache lo miro histerica - Lo dices como si te hubiese valido tres dolares. 

- Disculpame, guapa - Beso su oido, causando un nuevo escalofrio - ¿Si te dejo manejarlo, estamos a mano?

- Claro que si - Con mas rapidez de la que pretendia demostrar, Kaghome dejo al peli negro en el asiento del acompañante, y con una enorme sonrisa que amenazaba con salirse de su rostro, se sento tras el volante - No puedo creerlo. Es como un sueño. 

- Vamos, bella. Escuchalo - Animo Inuyasha, dejando de lado su actuacion de ebrio. Verla sonreir como una niña pequeña era suficiente para que quisiera estar en todos sus cabales. 

- Si - Asintio y lo encendio. El sonido era tan unico, que tuvo que cerrar bien la boca para no comenzar a salivar. 

- Yo te guio hacia mi casa - Era tanto la emocion que la azabache tenia, que no habia notado que el peli negro ya hablaba y actuaba con normalidad. 

Luego de unos minutos de camino, mientras hablaban sobre el auto super exclusivo del peli negro, llegaron a una mansion, tan grande, que Kaghome creyo que si quisiera recorrerla, no terminaria en un solo dia. 

- Esto es... Wou - Murmuro, aparcando el coche en la entrada. 

- ¿Te gusta?

- Es muy, muy, muy, pero muy grande - Era completamente blanca, con sus techos negros. No queria ni imaginar como seria por dentro. 

- Vamos. Entremos - La azabache asintio con su cabeza, y aceptando la mano que Inuyasha le otorgaba, entraron. Lo primero que podias notar eran dos escaleras blancas que llevaban al piso superior, con sus escalones de marmol, al igual que el piso - ¿Te agrada?

- Por el Ángel. Es mas de lo que jamas vi - Aprovechando la ensoñación de la joven, el peli negro aprovecho para guiarla hacia su habitación. No estaba seguro que ella quisiera intentar algo con él, pero lo probaria. Si le decía que no, tan solo la convencería de dormir junto con él. 

¿Por que queria dormir junto a ella si la acababa de conocer hacia un par de horas? No lo tenia muy en claro, pero lo necesitaba para no pensar en Kikyo. 

Arreglando corazones ღDonde viven las historias. Descúbrelo ahora