IV

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Señales.

Una mancha de sangre en su casillero fue la primera señal.

La segunda fue el cuchillo en su puerta.

A la tercera el terror se instaló en su pecho, pues un dedo en almohada no podía dejar pasar.

A la cuarta se mudó.

Y a la quinta a la policía acudió, pues eso la volvió a encontrar.

Su cabello cortado la alarmó.

La policía a la séptima intervino.

Y ella a la octava murió.

Al parecer no pudo escapar.

-Bae

MicrocuentosWhere stories live. Discover now