Capítulo 22

Depuis le début
                                    

Cuando fui capaz de salir de la habitación recorríamos los pasillos y jardines del hospital, con ella rompiendo cosas mientras experimentaba con lo que le resultara curioso.

Prestaba atención a mis pésimas lecturas con las manos en su barbilla cuando hacía terapia del habla, mientras me miraba con sus ojos brillando. Y de vez en cuando salíamos a contar las estrellas, a pesar de que la mayoría de las veces no había más de dos.

En realidad no le hablé a nadie sobre mi sueño. Solo le dije a Noa que deseaba ir a la universidad. Él me miró sorprendido antes de decir:

-Eso me parece una gran idea -sonrió con sinceridad -, pero, ¿que quieres estudiar?

-Le-yes -aseguré.

Mostró sus dientes como nunca suele hacerlo, tomó mi mano con fuerza -Eso es increíble Dani -casi podía ver las lágrimas saliendo por sus ojos -. Papá estará muy feliz de escuchar esto, y también mamá. Ahora debemos preparar tu solicitud antes de que termine el periodo de envíos, y tenemos que prepararnos para el examen.

El resto de la tarde estuvo hablando de las entrevistas que me harían antes de aceptarme. Dijo que no me pusiera nervioso y hablara con sinceridad acerca de mis limitaciones, pero que no las mencionara como algo que evitara que fuera capaz de estudiar. También dijo que no estuviera asustado. Y un montón de cosas en las que ya había pensado.

Desde que desperté luego de encontrarme tan cerca con la muerte, decidí que no dejaría nada a medias. Que comenzaría a ver la parálisis cerebral como un especie de característica y no como lo que me definía.

Supe que debía declarar mi amor a Julie.

Primero pensé en hacerlo como esas películas en las que el hombre solo besa a su chica bajo la luna, o en medio de un jardín repleto de flores. Sin embargo, las veces que lo intenté me veía atrapado en mi parálisis y lo difícil que resultaba llegar a los labios de ella desde mi silla.

Hubiera sido algo demasiado lindo de poder tomarla detrás del cuello y acercarla a mí sin decir nada hasta que nuestras bocas se tocaran. Pero no podía hacerlo, así que tenía que buscar otra manera.

Intenté redactar una carta, pero mis manos no eran las mejores escribiendo. Simplemente no podía trazar letras con mis dedos torpes.

Entonces se presentó la oportunidad perfecta para decirle lo que sentía. El hospital realizaba una especie de fiesta cada tres meses para animar a los que estábamos ahí por períodos largos.

Unos días antes del evento le pedí a Noa que me comprara un ramo de flores.

-¿Para qué quieres eso? -preguntó curioso.

Moví la cabeza en otra dirección para no mirarlo. Noa era la única persona en mi vida a quien solía contarle secretos antes de que Julie apareciera. Los últimos meses no hablamos, él se la pasaba muy ocupado saliendo con su novia. Así que me preguntaba qué diría acerca de confesarle a Julie lo que sentía por ella.

Pero me armé de valor, volví la cabeza hacia mi hermano de nuevo, y dije:

-Son pa-ra una chi-ca.

-Vaya... Eso... Digamos que... ¿La conozco? -Negué con la cabeza mientras sonreía -. ¡Estás mintiendo, pillo! Cuéntamelo, ¿es alguna de las que va a terapia contigo? -moví la cabeza de arriba a abajo indicando que sí, después de todo técnicamente Julie iba conmigo a terapia -. Increíble. Mi pequeño hermano está creciendo -acarició mi cabeza -. ¿Qué tipo de flores quieres? ¿Rosas, orquídeas, tulipanes?

Pensé un momento qué ramo iría bien con Julie. Quería que le gustara y al verlo no fuera capaz de negarse a mi petición. Ella era demasiado hermosa y estaba enterada de ello. Necesitaba algo que resaltara lo linda que era.

Daniel "Un Chico Enamorado"  (EDITANDO)Où les histoires vivent. Découvrez maintenant