CAPÍTULO FINAL

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Central Park South, Manhattan

— ¿A qué hora llegará Candy? —cuestionó Angus, mientras Terry le dedicaba una sonrisa.

—Niño... Me has hecho esa pregunta desde que despertaste —contestó el actor, al tiempo que le hacía una seña, para que se saliera de la bañera—. Anda Angus... Sal de allí o terminarás resfriado.

— ¡Pero quiero quedarme un poco más!

—No... El agua ya está fría, eso quiere decir que no puedes quedarte por más tiempo, así que obedéceme y sal de allí ahora.

El chiquillo obedeció la orden de su hermano y luego estiró sus pequeñas manos, para tomar la toalla que él le ofrecía.

—Y... ¿Cuánto tiempo falta para que llegue Candy? —insistió Angus.

El actor resopló con enfado y dijo:

—Ella llegará en un par de horas...

—Falta menos...¿Verdad?

—Sí... Ya falta poco... —Terry lo enredó en la toalla de baño y luego lo encaminó hacia la habitación, para poder vestirlo.

El día anterior, cometió el error de dejar que Angus se vistiera solo y aquello había resultado todo un desastre. El niño era muy pequeño y se vistió como Dios le dio a entender. Así que para no repetir aquello, decidió auxiliarlo.

—Te cayó muy bien Candy... ¿Verdad? —cuestionó el joven, mientras Angus afirmaba con su cabeza.

—Ella es muy bonita... —respondió el chiquillo.

Terry soltó una pequeña carcajada y luego le preguntó:

— ¿Por eso quieres que ella venga? ¿Por qué es bonita?

—No... También quiero que venga para jugar... —aceptó Angus—. Tengo juguetes nuevos... ¿No lo recuerdas?

Terry volvió a reír, pero tomando el asunto con más seriedad, le advirtió:

—No quiero que vayas a darle problemas ¿Entendiste? Nada de hacer berrinches, ni travesuras... Obedécela en todo momento, hazlo como me obedeces a mí... No la hagas enojar.

— ¿Qué pasaría si ella se enoja conmigo? Si se enoja... ¿Ya no va venir?

—Así es... Si te portas mal, ella ya no vendrá.

—No me portaré mal entonces... —dijo Angus.

Minutos después, cuando el niño ya estuvo vestido, Terry lo sentó en una silla y luego le pasó un cepillo por el cabello.

— ¿Por qué Candy no es tu novia? —preguntó el suspicaz jovencito—. ¿Ella no te gusta?

—Candy me gusta mucho... —declaró el actor—. Y bueno, ella no es mi novia, porque aún no se lo pido... ¿Sabes? Para que una chica sea tu novia, primero debes pedírselo.

—La prima Bianca, tenía un novio y luego, se casó con él —recordó el chiquillo.

— ¿Bianca se casó? —cuestionó Terry con sorpresa "¿Quién demonios sería el desafortunado?" Pensó él, recordando aquella muchacha, pariente muy cercana de su fallecida madrastra.

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