Contuve una carcajada.

-¿Fantasma? -pregunté.

Agustín rodó los ojos.

-Griego -corrigió.

El aniversario culminaba con una fiesta de disfraces, por lo que muchos estudiantes habían pasado la semana buscando el atuendo perfecto. Yo había optado por utilizar el regalo de Artemisa dos veces.

-La versatilidad de las sábanas es increíble -comenté.

Llegamos al campus y ayudé a bajar los materiales que faltaban para que nuestro equipo continuara participando. Luego, pasé de largo al camarín. Quedaban pocos minutos para la presentación de los reyes.

Agnes no había tenido la suerte de conseguir un traje de Artemisa, pero aún así, Ann había ayudado a vestirla. Su madre era costurera, de modo que en menos de una semana logró preparar un traje digno de una diosa.

En realidad, no había necesidad de que nuestra reina se vistiera de griega, pero para efectos de nuestro show, era un requisito esencial.

Salimos del camarín a tiempo para ver a la primera participante, una chica de primer año que bailaba ballet hermosamente, pero lamentablemente, su compañero no sabía seguiré el ritmo.

-Hablando del rey de Roma -Se burló Fran.

Nick hizo su aparición, con una cabeza de conejo incrustada en la frente.

-¿Por qué estoy haciendo esto? -suspiró.

-Porque eres un rey sin talento, y tenemos que ganar -expliqué.

-Pude haberme vestido de Apolo y Agustín ser la presa -reclamó Nick.

-Yo no corro tan rápido como tú, amigo -Se defendió el aludido-. Además, eres nuestro representante y debes dar la cara por todos nosotros.

-¡Nicholas! -La odiosa voz de Ada retumbó en mis oídos-. ¿Qué estás haciendo? No puedes salir así en público.

¿Ya ven porque a nadie le agrada?

-Estoy intentando convencerlos, pero no me hacen caso -repuso su novio.

-Por favor, ya tienes veinte años, no seas infantil, quítate esa cosa y vámonos -exigió.

En mi opinión, la única inmadura presente era ella.

-Pero mi alianza me necesita -alegó.

-¿Y a mí qué me importa? No me dejaron participar.

-Estaciona tu vaca, Ada. Todos podíamos participar, tú te enojaste porque no pudiste ser reina -replicó Agustín.

-¿Y no te parece que yo debí haber sido reina si mi novio era rey? -interrogó.

-Es bastante subjetivo -intervino Ann-. Karina es la reina de primer año, y su novio en lugar de hacerle una escena de celos, está en el público tomándole fotos, porque si amas a alguien no vas a engañarlo por una estúpida competencia escolar. Madura, Ada.

-Nick, dile algo -Los ojos de Ada comenzaron a llenarse de lágrimas.

-Ada, solo saldré un momento, y volveré, no pasa nada -dijo nuestro rey.

-Encima no eres capaz de defenderme, eres un pésimo novio -lloró.

La reina del drama dio media vuelta, y se alejó entre sollozos. Llevaba tanta prisa que por poco tropieza con uno de nuestros compañeros.

-Oye Nick, vi a tu novia irse llorando, deberías ir a ver que le ocurre -comentó el recién llegado.

-Se puso a llorar porque no supo aceptar que su novio le dijera que no -espeté.

-Pues aún peor, no deberías hacer llorar a tu chica así, se supone que la amas -repuso Elias, quien poco o nada entendía.

En ese momento, los primeros participantes terminaron de mostrar su talento, y llegó nuestro turno.

-¿Qué harás? -preguntó Agustín.

La decisión era sencilla, cumplir su deber con la alianza o ir a hablar con su novia.

Nick se quitó el sombrero de conejo y se lo entregó a su amigo.

-No puedo dejar que Ada llore, ¿tomarías mi lugar? -preguntó.

Agustín lo miró contrariado, podía entender su disyuntiva. Quería ayudarlo, no quería negarse al favor, y sin embargo, tampoco le parecía bien dejarlo ir.

-Eres un cobarde -acusé, dando un paso al frente-. Todos nosotros confiamos en ti para que nos representaras, Ada te manipula con sus lágrimas y tú siempre caes. No puedes dejar que interfiera con lo que tienes que hacer.

-Liz, ¿te das cuenta lo mal que habla de mí si dejo que mi novia salga llorando? -interrogó.

-Y habla aún peor que abandones a todo tu salón -acusé.

-Por eso le estoy pidiendo a Agustín que me reemplace -se defendió.

-Viejo, yo sé que estamos en las buenas y en las malas, pero no puedo participar por ti, se supone que tú eres nuestro rey -intervino Agustín.

En ese momento, nuestra reina dio un paso adelante.

-Los reyes a veces deben tomar decisiones difíciles por su pueblo -aseguró Agnes.

Nick suspiró pesadamente y volvió a ponerse el casco de conejo.

-En serio odio este disfraz -refunfuñó.

Nuestra pareja real subió al escenario justo cuando el animador hacía el último llamado antes de descalificarnos.

La presentación fue todo un éxito, Agnes se hizo pasar por la diosa Artemisa, y con su arco, apuntó al conejo que corría de un lado a otro. Las flechas estaban hechas de goma, de modo que no iba a lastimarlo realmente si llegaba a cometer un error de cálculo. El público se estremeció, ahogándose en sus propias carcajadas, mientras Nick corría por todo el gimnasio, ocultándose de la mujer que pretendía cazarlo.

Luego, llegó el momento de la verdad, cuando Fran y yo instalamos las dianas para que Agnes pudiese usar verdaderas flechas. Disparó tantas veces tan cerca del centro, que dejó a todos con la boca abierta, ganándose fuertes aplausos y vítores de los asistentes.

Una simple mirada de reojo bastó para encontrar a Ada observando la escena con cizaña. Nick ni siquiera notó la presencia de su novia, él también estaba sorprendido por la increíble habilidad de su reina. Sin embargo, en cuanto abandonó el escenario, tuvo que enfrentarse a un mar de falsas lágrimas.

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Quiero explicar algo en este punto xD

La relación de Lizzie con su padre es una donde la mujer es maltratada (evidentemente), en un intento de llamado de atención sobre la violencia intrafamiliar y los abusos contra algunas mujeres que temen denunciar.

La relación de Nick con Ada también es tóxica. En este caso, él es el violentado, porque ella arma berrinches, y lo intenta manipular con sus lágrimas, pero él no sabe cómo salir de la situación y muchas veces su "hombría" es puesta en duda por permitir que su novia llore.

Eso :v

Cupido por una vez Donde viven las historias. Descúbrelo ahora