Reflexiones y poemas de media noche.

Respiraciones.

Así como no puedo respirar otra vez el aire que respire hace 5 segundos, porque fue transformado en dióxido de carbono, no puedo estar en el día de ayer por que se transformó en pasado. Tampoco puedo respirar el aire que aún no llega a mis fosas nasales, al igual que no puedo vivir el futuro, porque no llegó aún.
Pero supongamos que mientras respiro ahora, pierdo mis respiraciones actuales pensando en inhalaciones y exhalaciones pasadas o futuras y me olvido de respirar, puedo llegar a morir, o incluso peor y tristemente más común, no ser consciente de que estoy respirando, no ser consciente de que estoy viviendo. Ahora en cambio, si lo planteamos como pensar ahora en el ayer (lo que hice, dije, lo que compre, lo que me dijeron etc.) o en mañana (lo que tengo que hacer, lo que tengo que pagar, lo que quiero hacer etc.) ¿No parece esto más lógico? Si sigue siendo lo mismo! Es ocupar tiempo pensando en algo tan intangible y efímero como el tiempo mismo, que no existe, que no se puede poseer.
¿Y si usara mis respiraciones pensando en ellas? ¡O mejor aún, sintiéndolas! Agradeciéndolas, amándolas y honrándolas, aprovechando cada milímetro que se hinchen mis pulmones, cada capilar de mi nariz que se mueva, cada toxina que libere mi cuerpo, cada mínima actividad y cambio neurológico producido para ser feliz? ¿Para sanar completa y genuinamente? Para no dejar ningún espacio en este universo sin amor? ¡Para perdonarme y agradecerme! Para perdonar y agradecer a todo y cada uno de los sucesos y seres que llegaron a mi vida. Para amar con libertad a todo lo que existe, existió o existirá. Para no tener ni dejar nada pendiente y vivirlo.
¿Y por qué ahora? Porque nada me asegura que esta no será mi última respiración. Pero hay algo de lo que, si estoy segura, voy a vivirla como si fuera la primera y la única, porque en realidad es lo único que tengo.
Eso es lo único que tengo, y el amor es lo único que soy.