Prólogo [SegundoActo]

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Se movió con sigilo por los pasillos​ hacía su destino, Sistemas. No era la primera vez que salía en madrugada hacia algún lugar, ya se le había hecho algo habitual. Estaba vestido con un uniforme de intendente para pasar desapercibido por los cámaras de seguridad del lugar. Fingió estar trapeando el piso cuando dos chicas pasaron junto a él, pero como siempre solo lo ignoraron.

Llegó al lugar sin contratiempos, donde se dedicó a buscar aquel computador donde trabajaba anteriormente Sanji Kuroashi. No le fue difícil de encontrarlo, ya que todos los escritorios estaban numerados y tenían el nombre de a quién le pertenecía. Dejó aquel carrito de intendencia de lado y se sentó frente al computador para prenderlo y saltar toda contraseña hasta dar con el programa, aunque se llevó una gran sorpresa al querer robarlo, todo intento suyo no servía de nada a los sistemas de seguridad del computador.

Sonrió al ver un buen desafío, uno de los que no veía desde que llegó a la agencia. Tecleaba de una forma rápida y diestra sin despegar ni un segundo su vista de la pantalla. Tecleaba códigos, números, letras, patrones y nada. Ni uno solo de sus intentos había logrado entrar al computador. Meneó la cabeza intentando pensar qué más podía hacer. No fue hasta su vegésimo sexto intento que logró acceder con un letrero que decía ACCESO ACEPTADO.

Ahogó un grito de emoción ante su triunfo. Rápidamente buscó aquel programa descubriendo que aún solo eran las bases. Lo descargó en una memoria que traía consigo, puso las cosas en su lugar y borró todo su rastro para que nadie sospechara que alguien se había copiado un programa clasificado.

Entusiasmado se dirigía a la salida, pero se encontró con una persona bastante inesperada. Era aquel a quien le había hackeado el computador.

—¿Qué haces aquí?— le preguntó haciéndolo congelar en su lugar.

—Yo... estaba limpiando— trató de mentir pero el rubio lo miró con una ceja alzada.

—Nadie puede entrar aquí a menos que sea con autorización.

Y era cierto, él entró con la identificación falsa que hace tiempo había falsificado de otro agente de ese lugar. No supo que decir y solo se quedó callado, esperando que aquel experto en sistemas no se diera cuenta de qué hacía ahí, o peor, que descubriera quién era.

Soltó un suspiro de alivio al ver que el rubio recibía una llamada de su celular, a paso rápido quiso salir del lugar, pero paró al escuchar que el rubio le volvía a hablar.

—¿Sabes?, si querías entrar a la red  deberías hackear en control central, ahí encuentras cosas más interesantes.

Lo volteó a ver sorprendido, y un tanto asustado se preguntó si el rubio lo había descubierto, pero; si ese fuera el caso lo estaría deteniendo, ¿o no?. El rubio pasó a su lado, se veía apurado pero antes de desaparecer le susurró algo que lo dejó aún más helado.

—Nos vemos, mentiroso Usopp...

Así fue como desapareció de vista y se dio un golpe en la cara al ver que traía puesto su gafete de identificación.

Si que era un idiota...

¿Amor o Admiración? :San♡Uso:Donde viven las historias. Descúbrelo ahora