Enamorada de Jason McCann

Capítulo I

Esto no podría ser. Amo a mis padres pero también el trabajo que hago por ellos. ¿Cómo no me van a dejar ayudarlos porque perdí una materia? Por favor. Gruño mientras los miro comer. ¿Por qué me hacen esto? Eso, sigan comiendo mientras su hija se queda cruzada de brazos sin decirles nada. Los miro. Los cubiertos van de sus plato a sus bocas y siguen el mismo procedimiento hasta que terminan; levantándose para recoger la mesa e irse a la cocina, diciéndome que los lave. Suspiro levantándome y les hago caso. Sólo por ésta vez los ayudaré; pero a la próxima, se van a acordar de mí cuando me vaya para el campamento de verano. Salen y se sientan nuevamente en el comedor, haciendo su trabajo.

Los amo con toda mi alma, pero no tienen que ignorarme por perder la única materia que odio. Termino de lavar y les digo que he cumplido con mi deber. Asienten y suspiro, subiendo a mi habitación. Ha sido una dura semana de escuela. Los últimos trabajos se acercan y, si no quiero perder la oportunidad de ir al campamento, necesito con muchísima urgencia la firma de mis padres. Además, también es mi último día de preparatoria para luego graduarme y buscar una buena universidad en Nueva York. Bueno, no realmente irme a NY cuando termine... Sino que buscar la carrera que yo quiero, ya que le ayudaré a mis padres primero con su trabajo y después, cuando tenga el dinero suficiente, podré irme a los mejores lujos estudiantiles que mi mente ha recreado, por ahora.

Suspiro agotada y me pongo el pijama para luego tomar mi teléfono y acostarme en la cama, mirando los estados de mis dos mejores amigos. Son unos dementes, pero son los mejores dementes que he conocido... Okay, a partir del jardín de niños me conozco con Emily; y con Nate, lo conocimos cuando entramos a la primaria. Tantos años hermosos, junto con los recuerdos más inolvidables... Y ya a punto de graduarnos. Sonrío suspirando y lo apago, dejándolo en la mesita de noche.

A la mañana siguiente, me levanto y me arreglo con lo mejor que puedo. Bajo para tomar el desayuno, ya que mis padres se habían ido temprano. Salgo con mi mochila al hombro y empiezo a caminar, sin antes ponerme los audífonos para escuchar la maravillosa voz de Demi Lovato con su fantástico single Tell Me You Love Me. Al llegar, me los quito para saludar a mis amigos, que estaban discutiendo sobre algo de los exámenes de Geometría y otras cosas más.
-Te lo dije muchísimas veces D'Nosso, ¿por qué carajo no me haces caso?
-Y yo ya te lo he respondido MUCHÍSIMAS VECES, Nathaniel.
-¿Cuántas veces te dije que no me gusta que me digan por mi nombre?
-No lo sé. No llevo cuentas de un torpe olvidadizo.
-Wow, veo que se divierten. Claro, yo estoy muy bien. Gracias por preguntar. -Dije y Emily me dió una de sus pequeñas miradas enojonas. Reí divertidamente para abrazarlos como bienvenida- ¿Puedo saber a qué se debe esta "pelea matrimonial"?
-Uno, Nathaniel es un imbécil.
-¡Oye! -Se defendió Nate.
-Y dos, hasta ahora me encuentro con la noticia de que cambiaron la fecha del examen de Cálculo.
-Wow, que interesante.
-¡No Courtney, no es "interesante"! -Chilló mi amiga- ¡No sabes cuánto me jodí las veinticuatro horas del día de ayer para luego venir a decir que no es hoy el puto examen!
-Calma Em, así te dará muchísimo más tiempo de sobra para que vuelvas a repasar.
-No es tan fácil, y menos con el jodido hombre de Cálculo.
-Bueno ya, tienes que calmarte o sino no dejarás que tu cerebro reciba la información de las otras materias.
-Lo dices como si fuera tan fácil.
-Por que lo es. Anda ya, vamos. No quiero llegar tarde.
-Bien.

Y dicho eso, caminamos hacia la primera aula de clase, junto con Nate detrás de nosotras. Nos sentamos en los puestos de la mitad y seguimos conversando sobre el campamento de verano y lo que teníamos que llevar. A continuación, el profesor se sentó y mientras sacaba sus cosas, cada persona se iba callando. Cuando terminó, nos miró y empezó a llamar uno a uno, dándole un tema diferente. Al escuchar mi apellido, me levanté y fui a su escritorio, dándome una hoja donde tenía toda la información sobre el grandioso Winston Churchill. Volví a sentarme, mostrándole mi hoja a Emily, y ella me mostró la suya; haciendo mala cara por la Guerra de Vietnam. Reí bajo y el profesor explicó que lo teníamos que entregar antes de que nos fuéramos al campamento, por lo que todos los profesores estaban al tanto de esa noticia. Terminó con sus discursos parroquiales y empezó la clase normal y como era.