Uzumaki Boruto, el joven que prometió tres cosas a quien creía que sería el amor de su vida, la persona con quien pasaría la eternidad. Grave error, nunca pensó en que su vida cambiaría y al realizar un viaje conocería una persona, una persona tan e...
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—Naruto —lo llamó
—¿Qué sucede?
—Sobre lo de (Tn)... ¿Cómo sabes de ella?
—Ah, eso, pues verás.
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El joven Uzumaki llego cansado a su casa, su mamá estaba lavando los platos. Se acercó a ella y le sonrío.
—Buenas noches, Okāsan.
—Boruto... —lo abrazó.
—Tranquila, yo estoy bien.
—Me alegró por ello.
La Hyuga se veía preocupada, algo pasaba. Su hijo se acerco y se agachó a su altura mirándola tiernamente.
—El viejo esta en el hospital.
—¡¿Le paso algo?! —lo interrumpió.
—No, déjame terminar. El esta allá ayudándome. Mamá... yo tengo una novia, y ella esta grave en el hospital... todo el día Sakura a estado con ella operándola porque cada vez se pone más grave. El viejo estuvo conmigo al igual que Sasuke. —comentó entre lágrimas.
La Hyuga sonrió y lo abrazó.
—Ve a bañarte, descansa un poco. Te serviré cena.
—Gracias...
El Uzumaki entro a la ducha, mientras se despojó de sus prendas no pudo ignorar la situación en la que se encontraba su novia. Y aunque no quisiera dormir o descansar un poco tenía que hacerlo. Para tener fuerzas y estar con ella en todo momento.
Cuando entro al agua sentía las gotas de agua caer sobre su espalda, en eso un recuerdo vino a su mente. La sonrisa de aquella hermosa mujer de la que se había enamorado.
—Ay mi reina... ¿porqué te paso eso a ti?.
El Uzumaki lloraba, el sentimiento que sentía por ella era tan grande que no había lugar en el mundo donde cupiera.
