Capítulo 34 "Reconciliación"

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Jordan se había ido de viaje por dos días a Seattle, de donde era Ana, para decirles a sus padres la buena noticia.

Así que eso ayudo a que los hermanos Salvatore y yo tengamos nuestro momento a solas que tanto necesitábamos. No bromeo cuando digo que había visto la cuarta temporada entera, y esto era tan adictivo, que ya estaba por empezar con la quinta cuando mi teléfono sonó. 

Vi la hora en el reloj, eran las once y media la noche y ni siquiera me había dado cuenta.

— ¿France?—pregunté.

Escuchó un grito ahogado desde el otro lado de la línea. Me alejé un poco el teléfono del oído para evitar quedarme sorda.

— ¿Estás bien?

—Más que bien. Nunca he estado tan bien, lo prometo. —dijo emocionada.

— ¿Cómo te fue en tu cita?

—Bien, muy bien. Fuimos a ese restaurante elegante y después…

El timbre del departamento sonó. 

—Eh, te llamó después, ¿de acuerdo? Llaman a la puerta, quiero todos los detalles así que prepárate.

Colgué la llamada antes de que me respondiera y dejé mi teléfono en el sofá de la sala. Me apresuré en llegar hasta la puerta y abrí la puerta del departamento. 

Jordan me hubiera matado si él estuviera aquí, ya que no me había fijado por el pequeño mirador de la puerta, y había abierto sin más. Pero lo hecho, hecho está y además Jordan no estaba aquí para regañarme.

Liam estaba enfrente de mí, él estaba realmente pálido, probablemente por el frío que aún hacia afuera porque aún no acababa la temporada de invierno. De todas las personas en el mundo, me podría haber imaginado que quien tocaba era el presidente, pero no él. 

Pero eso no era todo. En sus manos llevaba un enorme, pero enorme ramo de rosas rojas. Probablemente eran como treinta los que tenía en ese arreglo.

Verlo esta noche, no estaba en mis planes definitivamente. 

— ¿Qué haces aquí?—pregunté confundida.

— ¿Puedo pasar?—preguntó.

Asentí con la cabeza, abriendo la puerta completamente y permitiéndole entrar. 

Él entró y estoy a punto de cerrar la puerta cuando un señor ingresa al departamento, seguido de muchos más. Todos con un arreglo de rosas en las manos. 

Y siguen entrando cada vez más. 

Cuando entró la última persona, dejó el ultimo jarrón al lado de la puerta y se retiró cerrando la puerta a sus espaldas.

Me percaté en ese momento, que solo traía encima unos pequeños shorts que apenas me cubrían el trasero, y una camiseta corta sin mangas, la cual usaba como pijama casi todas las noches. Pasé mis manos por encima de mi pecho.

— ¿Qué está mal, Liam? ¿Qué significa esto?

— ¿No lo entiendes?—preguntó—Todo está mal. Nosotros. Yo. Todo.

—Pensé que ya habíamos terminado ese día en tu habitación—le recordé.

—Yo no he acabado con esto—dijo acercándose más a mí. 

Metió su mano a su bolsillo, y sacó de esto algo plateado. Liam lo extendió, permitiéndome verlo mejor.

Era su cadena.

La cadena que le había regalado. La tenía de vuelta.

—¿Es la misma?—pregunté.

—Sí.

Volver a Vernos {3ra Temporada de RDM} Liam & túWhere stories live. Discover now