XX- Sorry To My Unknown Lover

Start from the beginning
                                    

—Te quiero.—murmuró Brendon.

Ryan se quedó pensando unos segundos que debía responder. Actuar era siempre la solución, pero todavía era muy pronto para responder con un "yo también".

—Lo sé.—contestó simplemente, antes de darse vuelta para regresar a la habitación.

Después de unos segundos escuchó la puerta principal cerrándose, lo que significaba que Brendon ya se había ido. Claro, ahora que ya no era parte del Karma Police, ¿Tenía que ser la perra de Brendon? No, eso no iba a pasar. Él era mucho más importante que esto. Pero de todas formas... ¿Qué era eso de que "su equipo lo cubriría"? ¿A caso alguien más sabía sobre Ryan? Tenía muchas preguntas para Brendon, pero como siempre, obtenía muy pocas respuestas.

Se duchó rapidamente y salió del baño para ir a investigar el closet de Brendon. Aunque lo estuvieran "cubriendo" del Karma Police, no le daba confianza para ir por ahí así como así, vestido como se vestía siempre. Brendon tenía una colección inimaginable de ropa de marca. Era como un museo. Aún así, tenía en un rincón ropa casual y desaliñada, que es la que usaba cuando estaba en su departamento y no saldría a ninguna parte. Ryan se dirigió hasta allá y sacó una sudadera con capucha, unos jeans negros y zapatillas negras. Ojalá le quedaran los malditos pantalones. Todo le quedaba corto.

Se vistió y en unos minutos ya estaba listo. Cuando tomó las llaves de donde las había dejado en el mesón de la cocina se dio cuenta que tenían un papel pegado, el que decía "-4, 306" con la letra de Brendon. Brendon tenía en la pared, al menos, las llaves de quince autos diferentes. Ryan supuso que le había dado las llaves de uno que no llamara mucho la atención.

Sin más revuelos, salió del departamento y bajó por el ascensor hasta el -4. Al llegar se demoró un poco en encontrar el estacionamiento 306. Ryan tenía muy poca paciencia, y ya empezaba a desesperarse. Si siguera en el Karma Police no tendría que usar ropa de otra persona, quedarse en el departamento de otra persona, y buscar un auto en el maldito estacionamiento de, déjame adivinar, otra persona. Pero vaya, claro, ahí estaba el estacionamiento, el cual estaba ocupado por una van vieja. Muy, muy vieja. Genial. La vida era genial.

A regañadientes se subió a la van y la hechó a andar. Como extrañaba su Corvette...
De tanto ponerse a odiar cosas en el camino, llegó antes de darse cuenta que ya estaba en el lugar.  Una de las cosas buenas de haber sido parte del Karma Police es que conocía Los Ángeles al derecho y al revés, y al ver la dirección que Brendon le había dado, supo inmediatamente donde quedaba. Se bajó de la van, a la que a penas le funcionaba la batería (comenzaba a sospechar que Brendon le había dado las llaves de esa mierda sólo para molestarlo), y entró en el callejón, dando pasos largos. 

Todo había sido tan alocado. La idea de irse de Los Ángeles lo corrompía por dentro. Se iría a Montana. Un pequeño pueblito en medio de Iowa. Ohio. Georgia. Delaware. Maine. ¿Quien necesitaba Estados Unidos? Islandia. Honestamente, se iría a cualquier lugar con tal de dejar el Karma Police detrás. ¿Pero qué era la única cosa que lo detenía? Brendon. Porque si quería escapar, entonces necesitaba la ayuda de Brendon. No había manera de que lograra escapar sin que el Karma Police lo descubriera... A no ser que Brendon interviniera, lo que claramente no iba a pasar. ¿Por qué Brendon querría irse? En Los Ángeles tenía todo lo que necesitaba. Y últimamente perecía como que solo jugaba a enfadar a Ryan porque si. Claro, después las cosas se arreglaban en la cama... Pero eso no funcionaba siempre. Y ya estaba harto de todo. Solo quería... desaparecer.

Entró al callejón, con la mandíbula apretada. El cielo estaba ligeramente gris pero hacía casi nada de frío. ¿Cajas de qué se supone que eran, de tdas formas? Brendon no le dijo, y conociéndolo, podrían ser cajas de cualquier cosa. Al final del callejón había una puerta metálica negra, que supuso era la que debía tocar. ¿Sabrían que había alguien que iba a venir a retirar las cajas? O tal vez Brendon solo lo había mandado a que buscara unas supuestas cajas para que se fuera y pudiera traer alguien más a el departamento... No, debía dejar de pasarse rollos. Brendon estaba bastante loco y no había casi nada claro en su vida, pero si algo tenía claro es que no debía engañar a Ryan. Ya sabía lo que había pasado la última vez, y si pasaba otra vez...

Karma Police //Ryden//Where stories live. Discover now