-Vaya, Jauregui. Quién diría que estuvieses tan buena. ¡Miren esas piernas!-se burló su amiga y Lauren le dio un empujón, haciendo que cayera al agua.

Las tres empezaron a reír al ver el cabello empapado de la pelirroja, parecía un perro mojado.

Lauren intentó no gritar tan alto cuando Lucy la tumbó a ella también. Al hundirse en el agua su piel se erizó, estaba fría, muy fría. Se cubrió los brazos con sus manos y comenzó a frotarlos, miró a Lucy con ojos amenazantes.

-Me las pagaras. -dijo señalándola con el dedo y su amiga le mostró la lengua.

-Dios, no, Lauren. No actúes tan idiota, por favor-le suplicó Dinah y la ojiverde no entendió.

Eso, hasta que escuchó la risa de Camila. Se encontraba un poco más lejos, bajo la cascada, riendo con sus amigas mientras se mojaban entre ellas.

Lauren quedó sin respiración. ¿Qué era el oxígeno? ¿Se comía?

Allí estaba Camila, con su perfecto cuerpo de gimnasta, llevaba el bañador celeste que ya le había visto antes, y con el cabello mojado, peinado hacia atrás. Reía mucho y en serio, Lauren sentía que se le iba a salir el corazón por la boca.

Se dio la vuelta, dándole la espalda y levantó el rostro hacia el cielo, con los ojos cerrados.

-¿Qué haces?-preguntó Nora, su amiga ojiverde movía los labios en silencio.

-Rezando.

-¿Para qué? -la pelirroja estaba confundida.

-Para no tener que dormir en la misma tienda que Camila, no podré soportarlo. -dijo aun con los ojos cerrados.

-Amén. -murmuraron Lucia y Dinah.

-Son unas exageradas. -Nora rodó los ojos.

Duraron un rato chapoteando felices. Lauren hundió a Dinah por las piernas y ella comenzó a perseguirla mientras la ojiverde corría, huyendo. Esta no vio a quien tenía en frente, sólo estaba concentrada en alejarse de su molesta amiga.

-¡No huyas, Lauren!

-¡Atrápame! -dijo riendo y escuchó un grito, antes de chocar con un cuerpo.

Le dio tiempo a rodear el cuerpo cálido con el que había chocado, a la vez que unos brazos la abrazaban por el torso con fuerza, debido al impacto. Soltó un grito mientras ella y su acompañante resbalaban por las rocas y caían al agua helada. Se abrazó a la persona mientras se hundían y las dos flotaron a la superficie, después de toser, vio el cabello castaño de Camila y tensó el cuerpo.

La chica seguía abrazada a Lauren mientras tosía el agua que había tragado.

Dinah las observaba desde la orilla, con los ojos abiertos.

-¡Cof!¡Cof!-tosía la pobre castaña, separó el rostro del pecho de Lauren para mirarla. La ojiverde estaba temblando y no era por el frío-. ¿Pero qué...?

-Perdón, yo... -no pudo hablar, ya que sus rostros estaban muy cerca y vio esos ojos chocolate que la volvían loca.

Camila tampoco dijo nada, también la estaba mirando a los ojos.

Solo hicieron eso, duraron unos segundos en silencio, perdiéndose en los ojos de la otra y Lauren podía sentir que se moría por besarla.

La necesidad fue tanto que se alejó un poco de ella, buscando espacio personal, y logrando que Camila también reaccionase.

Sus mejillas se tornaron rojas y se alejó del cuerpo de la ojiverde, observándola con enojo.

Lauren experimentaba un cosquilleo recorriéndole la piel, ya que había sentido la de Camila sobre la suya.

-Ten más cuidado, imbécil. -dijo apartando sus brazos y alejándose de Lauren.

-No te vi.

-Ya veo, eres una ciega-le soltó respirando muy agitada, Lauren seguía viéndola a los ojos.

-También te pasa por estar en el camino de las personas. -soltó para fastidiarla y se echó el cabello mojado hacia atrás mientras la veía fijamente con una sonrisa. Camila no dijo nada durante unos segundos, observándola y parpadeando rápidamente- Que pasa Cabello, ¿Se te fue la voz?

Esa pregunta hizo que Camila sacudiera la cabeza para así concentrarse y volviera a hablar, cada vez más a la defensiva.

-Cállate. -le espetó aún mas enojada y con las mejillas ardiendo, se dio la vuelta y se alejó nadando, hasta llegar a donde su novio.

Lauren salió y fue hasta donde se encontraba Dinah con una sonrisa, su amiga la veía rodando los ojos.

-Eso fue...

-Patético. -le soltó, pero después abrió los ojos-Te van a joder.

Lauren siguió su mirada y vio a lo lejos como Austin la asesinaba con la mirada, parecía muy furioso mientras abrazaba a la joven castaña.

Lauren le devolvió una mirada dura pero por dentro sintió nervios, tenía en cuenta que pagaría por esto en la escuela.

Intentaron ignorarlo y se fueron a nadar, duraron toda la tarde feliz y en la noche decidieron comer al lado de la fogata.

Cabe decir que Camila, aún ignorando por completo a Lauren, lucía hermosa con la luz rojiza del fuego iluminándole el rostro.

El problema fue a la hora de asignar las tiendas. Lauren no creía que su suerte fuera tan mala pero, como siempre, se equivoco.

Rivales (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora