Capítulo doce.

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—Vamos ____________, puedes hacerlo mejor. —dijo la coreógrafa cuándo le pisé el pie izquierdo por quinta vez a Zack. 

La verdad es que no, no podía hacerlo mejor. Esto era un gran logro, quiero decir, solo le he pisado cinco veces el pie, y la canción estaba a punto de terminar. Si yo fuera la coreógrafa ya hubiera buscado un remplazo, y no es que sea muy difícil. Estoy segura que encontrar a una chica que quiera bailar con Zack una canción lenta sea muy difícil. 

La canción termino permitiéndome liberar de los brazos de Zack. Me senté en el piso y me quite los zapatos de tacón con los que estaba practicando—ya se imaginan el dolor de Zack—, mis pies estaban siendo castigados.

—Lo estás haciendo genial. —Zack intentó darme ánimos, mientras se sentaba a mi lado. 

—Chicos, vamos a tener que pulir esto, aumentaremos las horas de ensayo si queremos que salga un baile decente el día del estreno. —nos dijo Anne, la coreógrafa mientras recogía los disco del suelo de madera.

No perdí tiempo y cambie los zapatos de tacón por unos planos, salvando a mis pies. 

— ¿Quieres ir a tomar algo? ¿Un café? Hay un Starbucks cerca. —levanté la mirada para encontrarme con sus ojos. 

—Yo…

—Hola bubbles. —Justin me levantó del suelo, sin previo aviso, de en un solo tirón y me encerró en sus brazos.

Su cabello estaba húmedo, y la esencia de su perfume era reciente. Pegué mi cabeza a su cuello e inhalé. Su perfume era droga para mí, si fuera por mí nunca me movería de aquí.

— ¿Qué tal el ensayo?—preguntó mientras jugaba con cada uno de los dedos de mi mano.

—Creo que el más afectado es Zack—solté una corta risa, y cuando me di cuenta que había mencionado a Zack me sentí tan grosera al recordar que el seguía sentado en el suelo, con nosotros.

— ¿Decías algo de un café?—pregunté mirando a Zack quien se acababa de levantar del suelo.

—Sí, pero si tienes planes, está bien. No te preocupes. —me dijo sonriente.

—Sí, de hecho íbamos a ir a…

—A ningún lado. —Interrumpí a Justin, quien ahora me observaba con el ceño fruncido. —Una café estaría bien, ¿no Justin?

—Café, genial. ¡Wu!—exclamó, obviamente sin nada de ánimos, y sus palabras sonaron sarcásticas.

{…}

Llegamos al café caminando, para molestia de Justin ya que no quería dejar su auto estacionado en la escuela. Después de mucho tiempo, lo convencí. Y aquí estábamos. 

Nos acercamos los tres juntos a la caja, y no sabía cuál de los tres estaba más incómodo que el otro. Sí, esto había sido una muy mala idea. 

—Hola, ¿Cómo estás? ¿Le puedo tomar su orden?—preguntó con demasiado ánimos la chica de la caja registradora.

—Sí, un frappucino mocca, con doble crema y doble chocolate. —Dijo Justin, diciendo exactamente lo que deseaba. — ¿Quieres algo de comer?—me preguntó.

—No. —respondí.

—Y un cappuccino con crema. —le extendió un billete de cincuenta dólares el cual la señorita recibió. 

— ¿Nombres?—preguntó mientras le devolvía el cambio.

—Batman y Gatubela. —respondió el haciendo que todos lo que escucharon, tengan una mirada de confusión.

— ¿Disculpe?—volvió a preguntar la chica, haciendo como si hubiera escuchado algo por error.

—Batman y Gatubela. Gracias.

Justin entrelazo su mano con la mía, con una enorme sonrisa en el rostro. Zack comenzó a observar el enorme cartel de la parte superior, mientras la cajera esperaba pacientemente dándole sus recomendaciones.

—Eres increíble. —dije dándole un leve empujón.

—Lo se. —se rió, haciéndome reír a mí también. Nos sentamos en una mesa cerca a la ventana de la calle.

— ¿Por qué vinimos? Dijiste que después del ensayo podíamos ir al cine. Yo realmente quería ver esa película—dijo apenas nos sentamos.

—Podemos ir al cine. —dije.

— ¿Con Zack?—preguntó sin dejar de mirarme a los ojos.

— ¿Qué hay de malo?

—No lose, tal vez la idea de que sea tu ex novio, y que yo sea tu novio, ¿te suena?

Cuando Zack regreso a la mesa, la cosa se puso más incómoda aun, —Cómo si eso fuera posible. De momento a otro, encontrábamos un tema de conversación como los estenos que acababan de haber en el cine. Pero Zack no veía películas, y no estaba nada informado del tema. Y dejarlo fuera era algo muy grosero. Si hablamos de libros, Justin no sabría del tema ya que había leído muy pocos, probablemente solo los que envía la escuela cada año. Y no podía dejarlo fuera de la conversación.

Había sido una completa estúpida cuando se me ocurrió esta brillantísima idea.

— ¿Batman y Gatubela?—gritó la chica de la barra.

Justin y yo nos levantamos al mismo tiempo y fuimos a recoger nuestras bebidas, con todas las miradas del café en nosotros.

Promesas de amor {segunda temporada RDM} TerminadaWhere stories live. Discover now