04; Hermanastro

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Me encontraba en la sala de mi casa buscando una película para ver en la televisión.

Estaba sola, mi madre había salido a cenar con su nuevo esposo y yo había preferido quedarme en casa.

Matthew. Era el nombre del esposo de mi madre, me cae muy bien a decir verdad, Matthew tiene un hijo su nombre es; Joey, Joey Birlem.

Joey tiene dieciocho años, es un año mayor que yo, es algo egocéntrico pero restando eso es buen chico.

¿Buen chico? ¿Sólo eso? Vamos es tan lindo.

Es mi hermano

Hermanastro*

Sacudí mi cabeza quitando la pequeña conversación conmigo misma y seguí viendo la tele.

Cosa que no duró mucho ya que empezaron a tocar la puerta muy fuerte. Rode los ojos molesta y me levanté del sofá para abrir la puerta.

–¿Qué demonios?– Dije al ver a Joey frente a mi y muy tomado

–Me gustas tanto– dijo entre dientes

–¿Qué?– Joey cerró la puerta detrás de él y me tomó por la cintura

–me gustas– susurró en mi oído y me estremecí al instante

–Joey ve a dormir– reí bajo, es increíble las idioteces que alguien puede decir en ese estado.

–¿No me crees, verdad?– bajo su mirada y fruncí el ceño ¿qué demonios está diciendo?

–Claro que no Joey. Vamos eres mi hermano–

–Hermanastro– corrigió y en un movimiento rápido termine de espaldas a la pared, en ningún momento soltó sus manos de mi cintura y me sentía muy nerviosa

–Me gustas tanto, mierda me odio por eso– se acercó más a mi haciendo que nuestros labios se rozaran un poco.

–No digas eso Joey– acaricié su mejilla con mi mano la cual temblaba mucho
El tomó mi mano y la entrelazo con la suya.

–Eres tan linda– y después de eso dejé de pensar en todo y me concentré en él. Sentí sus labios contra los míos, Joey me estaba besando.

Está mal.
Al demonio con eso.

Le seguí el beso, sus labios eran tan suaves y sabían tan jodidamente bien. Sentí sus manos bajar y me levantó ocasionado que enredará mis piernas entre su cintura.
No sabía que hacía solo me concentraba en el y en nadie más probablemente después de esto me arrepienta de lo sucedido pero demonios.

Nos separamos por falta de aire, sus labios rozaban los míos y sentía su respiración agitada. Sonrío de lado y habló

–¿Eso significa un; Joey tú también me gustas?– reí bajo y lo mire

–Probablemente– pasé mis brazos por su cuello y sonreí divertida. –No eres tan estupido cuando estas tomado–

–¿Quién dice que lo estoy?– fruncí el ceño.

–¿No lo estás?–

–Soy bueno mintiendo– guiño un ojo y rodé los ojos

–Así que tenías todo planeado–

–Probablemente– repitió lo que previamente había dicho y volví a besarlo está vez un poco más intenso que el anterior.

Sus labios tenían un toque de menta y sabían muy bien.
Con mis manos empecé a jugar con su cabello causando que terminará todo despeinado.

j.b; imaginas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora