Ataraxia.

9.

Solo yo tengo la culpa de no poder sentir tus labios de nuevo, soy un desastre que busca su salvación entre las estrellas y que abandona todo aquello que alguna vez le ha servido para creer. No puedo querer sin doler primero y desde luego, no soy tu salvación si mis labios causan daños irreparables. No necesitas mis manos para sentir que te comes el mundo, porque tus ojos brillan demasiado y el eco de tus susurros es escuchado por todas las nubes que adornan el cielo.

No me duele decirte que te quiero aunque mis costillas tiemblen al verte reír, ni siquiera yo puedo controlar mis miedos, los cuales solo han sido creados para hacerme pequeño entre tus dedos. No eres de hierro pero tus labios saben a óxido desde que sólo gritas en sueños.
He sido yo el que se ha creído efímero por un momento, pero solo tú puedes hacer eso.