Melody y Modesty, Contra el mundo de fantasía.

Capítulo 16.- El primer día del resto de mi vida.

Me desperté temprano en la mañana como de costumbre, tengo que hacerlo si quiero evitar toparme con ESA persona.

Tomo el primer vestido que puedo de mi armario y me lo pongo con maestría, durante deceas tuve problemas con abotonarme la espalda, pero recientemente he logrado hacerlo sin mucho problema.

Me miro en el espejo, mi cabello rosa, mis alas cafés, mis cuernos color acre, y esa perpetua sonrisa, no recuerdo cuando empecé, corrijo, no quiero recordar; pero ahora siempre tengo esta expresión y es lo mejor, menos problemas, nadie quiere meterse en tu vida cuando tienes una simple sonrisa.

Salgo de mi cuarto, cuya puerta da al jardín central de la casa. Veo las plantas que brillan de azul, gracias al roció de la mañana y la luz de las farolas, mi casa es como todas las casas de los altos funcionarios, una serie de cuartos colocados alrededor de un espléndido jardín, entre más grande y ostentoso sea el jardín mejor.

Y mi familia no podía quedarse atrás, justo en el centro del jardín, un Kumite descansa esplendoroso. No me sorprendería que la mayoría no los conozca, son una especie de árbol muy especial que solo crece en los bosques rojos creados por la aguja del creador.

(Si Ela supiera del otro mundo, describiría al Kumite como una alta palmera, la cual tiene cada sección es de un color diferente del arcoíris, y sus hojas pueden ser de cualquier color y en la noche suelen brillar ligeramente.)

Es muy hermosa, pero si me preguntan es una molestia, todos los días alguien tiene que ir a un lago del bosque a las afueras de la ciudad y traer el agua para regar la maldita planta, ya que esta se secara si se riega con agua normal.

Que pérdida de tiempo.

Camine al centro del jardín y voltee a ver al cielo, de inmediato mi humor cayó al suelo, era día de gran Era.

Desde que tengo memoria nunca nada bueno ha pasado en un día de gran Era.

Camine hasta el comedor, donde el ama de llaves ya me esperaba.

"¿Tu desayuno pequeña Elecita?"

Me dijo la anciana con ese molesto tono meloso. Lamentablemente solo existen dos tipos de adultos, los que tratan a los niños como idiotas y los que los ignoran simplemente.

No estoy segura de cual prefiero, pero sinceramente puedo decir que desprecio a ambos.

Como rápido mi desayuno, el cual consiste en una avena de alguna clase, tiene un sabor salado, y la consistencia es muy líquida para mi gusto, sinceramente no me agrada.

"Gracias por el desayuno Si-Grace."

Digo con un tono educado, mientras regreso el plato vacío. En ese momento entra aquella persona que detesto y mi madre.

"No Elena, hoy llegan las tropas de su majestad, si no los recibo como si fueran primogénitos, mi carrera está acabada, no puedo acompañarlos al templo a ti y a la niña."

Y ese es la persona que más detesto en mi vida, el alcalde de ciudad Zinca desde hace 8 años. Un hombre autoritario cuya única cosa que le importa en la vida es su carrera y lamentablemente ese mismo hombre que odio, es mi padre.

Como ven, para él solo soy "la niña" una sola pieza en su interminable partida de ajedrez, lamentablemente tengo que seguirlo, ya que después de todo, es su tablero.

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Esto es injusto, es obvio que el destino me aborrece.