XI. UN FANÁTICO, UN PERIODISTA, EL ARQUERO, EL DT Y EL PRESIDENTE

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UN DOBLE ASCENSO. JUAN PABLO MARRÓN

Juan Pablo Marrón es un conocido periodista que trabaja mucho por la marca "Temperley". Una persona a la que tampoco conozco, pero envalentonado por la fuerza de este libro, hizo que le escribiera, él me contestara y deje rastros profundos de su vivencia. ¡Gracias Juan Pablo! Los dejo con su historia:


"Con el club tengo una relación afectiva muy fuerte porque es el lugar donde nací y el barrio donde me crié. Mis primeros recuerdos en la infancia están marcados desde el momento de la inactividad, me hice hincha de un equipo que no jugaba al fútbol. Eso me generaba una gran intriga y una gran curiosidad. Pasar por la puerta de un estadio donde no se jugaban partidos, donde no había fútbol oficial, donde había gente haciendo colectas y tratando de que todo vuelva a funcionar, no era fácil.En todo ese proceso, mi padre estuvo ligado al club. El afecto se hizo más fuerte en el retorno de 1993 y mi bautismo fue un 26 de febrero de 1994 cuando presencié como hincha el primer partido, Temperley 1 vs Defensores Unidos de Zárate 0. En cambio, mi ligazón con el club Temperley en lo periodístico, se había iniciado a los 17 años. Ese tiempo fue toda una preparación que me acompañó durante una década, obviamente por un montón de razones se me hizo largo en el tiempo, como también ocurrió con nuestro querido gasolero en la tercera división del fútbol argentino.

20 años después, me llega en el mes de abril, la convocatoria por parte de TyC Sports para relatar en el mundial de Brasil 2014, hacer la edición matutina desde Río de Janeiro y ser cronista de entrenamiento de selecciones. Premio al esfuerzo, había conseguido un objetivo de vida personal, cubrir un mundial de fútbol. En el medio de esa euforia, entraba en su fase final el torneo de Primera B, que tenía como uno de los protagonistas a Temperley.

El primer partido en Vicente López que perdimos 1 a 0, lo vi con un miembro de la subcomisión de fútbol en mi casa. Él había decidido no ir al estadio de Platense porque sostenía que por haber presenciado la final de ida contra Defensores de Belgrano en el 2001, Temperley perdió en la vuelta. Entonces a modo de cábala sólo iba a presenciar el segundo encuentro. En cambio yo viajaba a Brasil al otro día para ir a trabajar en la previa del mundial. La sensación que me dejó el primer partido es que se podía revertir, el equipo de Temperley era muy sólido, sobre todo en condición de local, tenía jugadores estandartes como el caso de Crivelli, Brandan y Sambueza, entre otros.

La jornada del segundo y definitorio partido me agarró en pleno trabajo. La corazonada de ese día era que Temperley ascendía. Estaba presenciando un encuentro amistoso en Volta Redonda, a varios kilómetros del centro de Río de Janeiro, entre Fluminense y la selección de Italia. La cobertura del partido la tenía que hacer porque como dije, también estaba cumpliendo mi sueño profesional. Del otro lado, el 0 a 0 se iba transformando en una pesadilla, encima teníamos que volver a Barra de Tijuca e iba a perder la conexión. En la ruta no contaba con señal de wifi en mi móvil, pero un colega, Pablo Lafourcade que trabaja para la web del canal, me iba avisando por un servicio de cobertura que tenía en el teléfono. El partido lamentablemente seguía 0 a 0, mi corazonada seguía intacta y esperaba el mensaje del gol salvador. Casi al final del mismo, llegamos al hotel donde estábamos hospedados. Cuando salgo desesperado del auto, me cruzo con Matías Villar, uno de los camarógrafos, que me dice la noticia más desagradable que mis oídos podían escuchar: había ascendido Platense. Fue decepcionante. En primera instancia le creí, me amargó, pero como que algo me invitó a buscar explicaciones. A seguir prendido a la historia.

Ingreso derrotado y resignado a la habitación del departamento y me encuentro con tres colegas, Gabriel Pereyra, una de las voces de Paso a Paso; Guido Cincunegui productor de Sportia y Guillermo Duffard, en ese momento productor de Planeta Gol con quien compartía departamento en el appart hotel. Cuando mi teléfono capta la señal de wifi, el whatsapp me explota de mensajes. Sólo alcanzo a ver uno de mi hermana que decía "Gooooooooooooooooooooool". Mis emociones eran encontradas, como que no entendía mucho. Un partido que tenía en mi mente ya culminado por lo que me había dicho el camarógrafo, pero por otra parte sentía que había vida y que hubo un gol. No entendía si el gol había servido o si ese ascenso de Platense tenía que ver con un 1 a 1. Pero en eso veo que el mensaje llegó en tiempo real. La resignación, porque le creí a Villar, cambió por esperanza.

Dejamos TodoWhere stories live. Discover now