En un principio, es la revolución.

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" Estoy viviendo. Estoy sentado en tu silla. "

/o ¿ c / ;

La visión era borrosa desde que el camino se había estrechado, a pesar de estar acostumbrado a transitarlo en las noches con la tranquilidad de que la copia en cuestión no anduviese merodeando, estoy consciente de que /no/ soy real. 

No tengo por que temer mientras tenga la dichosa marca roja en mi tobillo, mientras algo en mi me diga que hay un pensamiento que estoy bloqueando en mi cabeza.

— Ah.. —coloque ambas manos a los lados de mi cabeza, realmente estaba aturdido. — Estoy luchando por ambos, para no tener que hacernos daño. Esta vida no te sirve, esta vulgaridad de ser humano. —

Algo que no me permitía avanzar, mis pies se habían paralizado en el suelo y, lentamente, comenzaba a ver mejor. Veía una silueta delante de mí, era mi silueta, la silueta de una persona idéntica.

 Los mismos rasgos, mis mismos ojos, mismo cabello y la ausencia de la marca obligatoria en el tobillo que todos debíamos de tener al descubierto, identificación; AV500. La adrenalina tomó control de mi cuerpo recorriendo desde mis pies hasta mi cuello, produciendo un cosquilleo y una rabia incontrolable, debía de hacer algo si quería mantenerme con vida.

— AV500, respirar es un derecho que hay que ganar. —vi como mostraba ante mi un arma, apuntándome a la cabeza, con una mirada tan fría como la que le había echado desde la oscuridad, sin saber que permanecía oculto en aquel lugar. Su voz era similar a la mía, con un tono seco, no sentía absolutamente nada teniendo que realizar dicha tarea. — La normativa establece 5 minutos antes de iniciar la cacería para mantenernos pares hasta en los últimos momentos, por favor, cédame su vida.

Aferrarse a la vida era un instinto, por lo que trate de emplear la fuerza y como pude, salir corriendo con esos 5 minutos de ventaja. La copia, esa persona tan parecida a mi, miraba su reloj mientras contemplaba como me alejaba. Tenia que aprender mas, no podía entregarme como la mayoría, no se me perdonaría dejarme morir sin hacer nada por aquellos a los que dejaba atrás.

" No se puede evitar, uno siempre quiere la revolución. "pensé, por lo menos podía pensar y eso compensaba la falta de sentir. No estaba mal pretender ser humano mientras me viese de esa forma, mientras me tratasen como un par en los lugares donde pusiese mis pies, no era fácil descubrir quien era o no de los Arz y las marcas a pesar de ser codiciadas, podrían falsificarse. Por lo menos, a la ingenuidad de los seres humanos, ya que no a muchos le gustaba la idea de tener que asesinar a alguien de similitud.

 La idea de asesinar, en los momentos anteriores a dar un disparo o a empuñar un arma producía empatía, piedad, ellos cerraban los ojos antes de terminar con el trabajo. Algunos lloraban, otros decían unas ultimas palabras y por ello nadie estaba por encima en la cacería, eran débiles.

Siendo todo valido, tenia algunas herramientas a mi disposición. Un incendio seria suficiente como para afectarle o hacerle perder el camino, mi respiración entrecortada se mezclaba con sus pasos apresurados y el olor a gasolina impregnando los alrededores, convirtiendo en ceniza aquello a lo que lograse llegar. La verdad era que no tenia mucho para defenderme salvo un encendedor, un cuchillo común y mis fervientes ganas de salir vivo del combate. Quería asesinarlo, mas no podía poner en palabras el pensamiento que venia a mi cabeza, tenia una obligación que cumplir.

Avanzaba por entre los autos mientras, por debajo de un auto, divisaba como daba un tiro al aire en señal de que los 5 minutos habían dado por finalizado. A continuación, escucharía como las personas de las cercanías corrían a refugiarse a sus hogares, era sabido que se daría lugar a una lucha entre ambas razas y me impresionaba lo naturalizado que estaba todo.

Doppelga-30Where stories live. Discover now