Capitulo 1

65 5 2
                                    

Nadie nunca está preparado para conocer al amor de su vida y mucho menos para imaginarse que a aquella persona la conocería en circunstancias tan "especiales".

•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•

El despertador sonaba sin cesar dando aviso de que una nueva mañana llegaba y con ella un nuevo día, cosa que para nada emocionaba a aquella joven alpha quien lentamente estiraba su brazo hasta llegar a aquel reloj que sonaba con tanto entusiasmo

-Cinco minutos más, por favor- Jalaba sus cobijas cubriendo sus ojos evitando la luz del sol, la cual según ella, la dejaba ciega -Solo necesitó cinco minutos-

De nueva cuenta una alarma comenzó a sonar no dejándole más opción a la chica que ponerse de pie ya que ahora la alarma sonaba debajo de la cama, un lugar donde el brazo de aquella chica floja no lograría llegar a menos de que se agachara.
Las alarmas (cinco en total) estaban todas apagadas y aquella joven ahora se encontraba de pie frente al espejo mirando fijamente su rostro; su piel blanca, era comparable con la porcelana, esto debido a que nunca le había gustado estar mucho tiempo en el sol eso sumando al hecho de que a su madre cuando vivía le gustaba ponerle quien sabe cuánta cosa en su rostro ya que como una familia de alphas respetables, todo en ellos tenía que ser PER-FEC-TO; sus ojos sufrían de heterocromia lo que hacía que cada uno fuera de distinto color, mientras que su ojo derecho era de color Ámbar el izquierdo era de un tono verde Jade, durante toda su vida había tenido que usar pupilentes castaños ya que aquel color de ojos tan poco común no podía ser aceptable para alguien con su estatus; bajo lentamente la mirada hasta llegar a su nariz, una nariz recta sin mayor detalle más que un pequeño lunar ubicado en el costado derecho de su nariz a escasos centímetros de su ojo; continuó bajando lentamente deteniéndose en sus labios, siempre le habían gustado debido a su tan marcado arco de cupido el cual hacía que esa parte de su rostro fuera su favorita.
Había abierto las llaves del agua esperando tomar un buen baño con agua tibia pero para su mala fortuna el agua caliente no lograba salir, esto debido a que había olvidado comprar gas; un largo suspiro salió de sus labios antes de cerrar nuevamente las llaves y salir del baño un tanto decepcionada, el día anterior había tomado un baño largo así que no se preocupaba mucho por su cabello, el cual era el primero en delatarla cuando no se bañaba; camino de nuevo a su cuarto dándose cuenta que aún mantenía su cabello bajo una bandana de color morado la cual mantenía oculto su cabello hasta ese momento en el que se quitó la bandana dejando caer su cabello tan extraño sobre sus hombros hasta llegar a la mitad de su espalda, parecía que el destino le había dado una mala jugada con respecto a su apariencia y a su status social ya que el ser una alpha significaba que tenía que ser más que perfecta pero ella era una extraña combinación: ojos ámbar y jade, cabello lacio color rosa sakura, piel tipo porcelana, todo un desastre para una alpha hecha y derecha.

-¿atado o suelto?- miró hacia el espejo que tenía colocado en la pared -que más da... no tengo ganas de cepillarlo-

Sentía un vacío en el estómago provocado por él hambre mañanero y claro, no era para menos, ya que la noche anterior había llegado tan cansada de la universidad que prefirió irse a dormir que probar bocado alguno, por lo que ahora su estómago parecía estar en algún tipo de guerra consigo mismo. Una vez lista bajo hasta la cocina deseando encontrar las sobras del día anterior ya que al vivir sola no tenía más remedio que sobrevivir de alguna manera, casi siempre preparando comida si fuera para un ejército, la cual almacenaba en diferentes recipientes evitando en lo más posible que algo se echara a perder aunque en ocasiones (como la de la noche anterior) llegaba tan cansada que prefería dormir a probar bocado alguno aunque las consecuencias siempre quedaban en que la comida se comenzaba a quedar o aquella pelirosa comenzaba a enfermarse más seguido debido a la mala alimentación que llevaba.
Había llegado hasta la cocina mientras trataba de desenredar un poco su cabello con la mano, la cocina era de mármol negro con algunos toques de blanco, siempre la habían criticado por sus gustos con "tan horrible color" como solían decirle las pocas personas que habían entrado a su casa, pero aquello era algo que le importaba en lo más mínimo al igual que con los comentarios sobre su apariencia, ella se sentía cómoda en aquel lugar y nada de lo que le dijeran podría molestarle, además, no sólo su casa poseía aquel color si no que también los muebles que está contenía, todos eran de un color negro brillante con toques blancos, dorados, plateados e incluso uno que otro con decorados azules; los materiales de trabajo que ella utilizaba de igual manera eran de ese tono al igual que sus materiales escolares e incluso un pequeño cachorro que había tenido cuando ella era pequeña y de su ropa ni hablar, la mayoría de lo que ella vestía era negro con combinaciones de diferentes colores siempre oscuros, nunca brillantes; todo esto hacía que ella fuera vista de forma extraña no solo por sus vecinos o personas que la veían en la calle si no también por sus compañeros de la universidad, cosa por la cual no tenía amigo alguno en la universidad.
Estaba de pie frente al refrigerador, un refrigerador mal pintado por ella misma, no había logrado conseguir uno de su color preferido así que había terminado comprando uno color rosa pálido para después darle al menos una docena de capas de pintura blanca ya que había demasiado negro en su cocina y a su parecer un refrigerador negro no quedaba con lo demás, había abierto aquel refrigerador dejando ver lo que por dentro poseía y dejando salir un fétido olor dando a entender que la comida que se encontraba dentro ya no servía en lo más mínimo, gruño por lo bajo deseando que tan solo fuera algún contenedor que se hubiese quedado abierto o que ella hubiera olvidado algo de semanas anteriores pero, al ir abriendo recipiente por recipiente sus esperanzas disminuían cada vez más hasta llegar al hartazgo, provocando que tomara los últimos contenedores que quedaban y los tirara a la basura ya sin siquiera tomarse la molestia de abrirlos.

Miro de reojo el reloj que estaba colgado en una de las paredes de la cocina -7:30- por más que corriese a la tienda por algo de comer, terminaría por llegar tarde a la escuela y eso era algo imperdonable (para una alpha) así que no había más remedio que el que se fuera sin nada en el estómago, suspiro antes de tomar sus cosas y maldecirse por dentro por no ser más ordenada con sus tiempos y actividades, si tan solo tomara baños de 15 minutos en vez de 25 tendría 10 minutos de sobra, 10 minutos que le servirían a la perfección para poder comprar algo de camino en caso de que algo como lo que le acababa de ocurrir pasase o en su defecto si despertara como cualquier persona normal con un solo despertador en lugar de cinco le quedaría algo de tiempo para siquiera pasarse por un café de maquina.

Salió de su casa, aun cansada y también hambrienta, su mirada se dirigió a aquel buzón en el cual nunca llegaba nada aunque en esta ocasión algo no estaba bien, algo de color dorado se asomaba por uno de los bordes de este, ya era bastante tarde pero la curiosidad de saber que era lo que había dentro era aún mayor, nunca le llegaba nada así que, el ver que por primera vez algo había llegado hasta su buzón provocaba en ella un gran interés, comenzó a caminar olvidando por un momento que iba rumbo a la escuela con el tiempo exacto para llegar, tomo la puerta del buzón abriéndolo lentamente temiendo que lo que hubiese dentro fuera una broma de mal gusto o algo por el estilo, por fin logró ver lo que el buzón escondía y tal fue su sorpresa al ver un sobre completamente dorado, que, al tomarlo dejaba una sensación un tanto extraña en su mano, lo termino de sacar de aquel lugar tan oscuro solo para ver cómo el sobre parecía estar hecho de oro puro que al tocar los rayos del sol brillaba con tal intensidad como si de una estrella se tratase, no quería romper aquel sobre tan maravilloso pero por alguna razón se sentía un poco pesado, así que dedujo que lo que contuviera tendría que ser igual o aún más sorprendente que el sobre mismo; reviso cuidadosamente el sobre buscando un destinatario o un remitente pero no había ninguno, ahora era decisión de ella el abrirlo o no; con cuidado abrió el sobre sacando una hoja de papel tipo pergamino, tenía un aspecto un tanto antiguo, aunque solo era el aspecto ya que al tomarlo con su mano, el papel no se sentía más diferente al papel que comúnmente se usa, aquella hoja estaba doblada por la mitad así que cautelosamente la desdobló dejando ver su contenido el cual solo era una palabra que rápidamente identificó que estaba escrita en griego.


"Είστε ο εκλεκτός "


Traducción:
"Eres la elegida"

La Luz del UniversoWhere stories live. Discover now