Capítulo 1

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Lunes 21 septiembre 2015.

No es un buen año.

Todo esto tiene un nombre.

Donovan.

El peor archienemigo que me pudiese poner la vida en frente.

Ese chico con el que todos los días peleo. Ese ser que provoca que mi asesino interior explote. Ese engendro del mal que provoca que nos riñan y nos castiguen por las tardes.

¿Se nota que le odio?


Matemáticas.

La peor de las asignaturas. Mi peor pesadilla, unque no tanto a lo que es Donovan, ese chico que por cosas del destino se cruzó en mi camino.

Para suerte o desgracia, otra de las obras de la casualidad es que él se sienta dos lugares adelante del mío.

-¡Donovan! – Escuche como Tiara, sentada detrás de mí, le habló– Te manda saludos.

¿A quién se refiere? ¡Quiero saber! Me gusta estar informada de todo mi alrededor.

¡Vamos! Ni yo misma me creo eso.

-¿Qué? - escuche que le preguntó.

-¡Que te manda saludos, Gabriela!

Si me dieran un dólar aunque sea cada vez que frunzo el ceño, sería más que millonaria.  ¡Dénmelos!

Donovan solo me miró un microsegundo y regresó la mirada a su cuaderno.

¿¡Qué ha pasado!?


Al terminar el agotador día de estudios, llegaba a casa para encontrar a esos monstruos que mi padre juraba mil veces ser mis hermanos.

Jackson. Finnegan. Estephan. Tobías. Chase.

Esos cinco idiotas que hacían que mis tardes fuesen divertidas y algo extrañas.

-¡Pequeña! ¡Hora de comer!

¡Oh, padre mío! ¿Cuándo dejaras de llamarme así? ¡Que tengo 12 años!

-¡Iré ahora mismo!

Salí de mi habitación rápido, no sin antes golpear la puerta de mi hermano Estephan contra la pared.

-¡No te salvaras, niña!

-Me importa lo que digas, nerd.

Y antes de alcanzarme, corrí escaleras abajo.

Al llegar a la planta baja mis hermanos se encontraban en sus lugares esperando a devorar el platillo que papá había preparado para nosotros.

Lista para comer, me senté al lado de Tobías que hablaba sobre una nueva conquista que tenía por ahí, mientras esperábamos al nerd. Jackson hablaba sobre el equipo de beisbol, mientras que Finn pareciera que estamparía su cara al plato de ensalada, pues se estaba quedando dormido, como es de costumbre en él. Chase solo se limitaba a escuchar a dos de nuestros hermanos, él no solía hablar demasiado, así que me senté a su lado y de igual manera, preste atención a lo que decían. Pasados 10 minutos en los que Estephan no bajaba, papá decidió por fin darnos de comer. Tal vez el nerd estaría platicando con Olivia hipocresía.


Martes 22 septiembre 2015.

-Gabriela...

¿Alguien me llamó?

-No lo sé, ella...

¿Ella quién?

-Pero Gabriela...

Mis mil y un amoresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora