Capitulo 55: Chantajeada

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-Pero eso no va a pasar.- Dice ella triste intentando acercarse.

-Eso es lo que ilusamente piensas tú, y cuando pase, será únicamente culpa tuya.- Digo y me largo de la habitación.

Cuando bajo al salón mi hija me mira entre enfadada y triste y mi hijo con la mirada me da la razón.

-Enhorabuena hija, irás a esa fiesta. Aunque eso cueste que tu madre y yo estemos peleados.- Digo enfadado y me voy de casa.

Me pongo a andar sin rumbo fijo, totalmente cabreado y furioso. Estoy muy enfadado con mi mujer y con mi hija, maldita sea, no soporto la idea de que la pase algo y mi mujer se pasa por el forro mi opinión.

Me tiro un par de horas fuera de casa, andando, dando vueltas por la calle mientras intento serenarme un poco, odio pelearme con mi mujer, pero es que… lo de hoy es demasiado. Suspirando, emprendo el camino de vuelta a casa; No sé qué me encontraré cuando vuelva y estoy un poco tenso.

Cogiendo aire meto la llave en la cerradura y entro; Mi hija no está en el salón, sin embargo mi campeón está en la mesa cenando con sus hermanos. Sonrío al verle tan responsable cuidando de ellos.

Me mira y sonríe levemente, para luego mover la cabeza a un lado, indicándome que mi mujer está arriba. Asiento y subo las escaleras. Mi hija está frente al ordenador sonriente, frunzo el ceño, la importa una mierda si su madre  y yo nos peleamos, pues se ha salido con la suya. Cuando llego a mi habitación mi mujer está dormida en la cama.

Levanto las cejas sorprendido, no es que quiera ni que esperara verla llorando, pero ¿dormida? Yo creo que no voy a ser capaz de dormir esta noche.

Ceno tranquilamente y me dedico a entrenar un poco después, soltando así parte de la rabia que me consume hoy. Cuando ya estoy más calmado subo a mi habitación y maldigo al ver la mesilla de mi mujer con un montón de clínex.

Me tumbo y la doy la espalda, apretando mis puños para no ceder ante mis ganas de abrazarla; Varios minutos después la oigo sollozar y aprieto los dientes. Noto que se mueve la cama y oigo sus pies alejarse de la habitación.

Me levanto y voy detrás de ella; Esta en el jardín paseando mientras solloza.

-Deja de llorar…- Murmuro abrazándola por detrás.

-Déjame…- Susurra intentando soltarse sin mucha fuerza.

-África.- Gruño haciendo mi agarre más fuerte.- Vas a coger frio, vuelve a la cama.- Digo andando hacia la puerta de la terraza.

-En nuestra cama hace el mismo frío.- Dice llorosa.

-Eso no es verdad…- Digo mientras sigo mi camino.

-Para mí si.- Solloza.

-Vuelve a la cama, ya.- Digo enfadado, me mira triste y asiente.

Camino detrás de ella y me aseguro de que se mete en la cama; Suspiro enfadado y me tumbo también a su lado. Tiro de su cuerpo hasta juntarlo con el mío, aunque sigo enfadado, no quiero verla triste, la abrazaré y dormiré con ella. Mañana dios dirá.

Al día siguiente me despierto y siento que algo o alguien está enredado en mi cuerpo. Cuando consigo abrir los ojos aún un poco dormido y miro a África; Es completamente dormida, sus piernas están enredadas en las mías y sus brazos tienen a mi brazo derecho preso de su agarre.

Sonrío con ternura al verla así, últimamente cuando discutimos, siempre me despierto con ella así. Intento soltarme sin mucha intención y sonrío aún más al oír que gruñe y hace más fuerte su agarre.

Luchar para estar juntosWhere stories live. Discover now