El doctor aclaró la garganta, nervioso.
-Agradece...
-¡¿Está bien o no?! - interrumpió por enésima vez.
-¡Vamos, hable, hombre! - el doctor suspiró.
-¡Pero callen esa boca! - todos lo miraron con cara de pocos amigos - Ella está bien, y pueden pasar a verla...
-¿Podrá salir ya?
-No. La tendremos unos dos o tres días más para prevenir cualquier cosa.
-¿Cómo qué?
-Desvanecimientos constantes - Trevor entrecerró los ojos.
-Dijo que estaba bien.
-Y lo está.
-Pero...
-¿Quieren pasar a verla? Síganme los que quieren - el doctor comenzó a caminar, y el primero del grupo en seguirlo fue Luke, y luego Carter, que apresuró el paso para adelantarse a los hermanos.
-¿Puedes explicarme exactamente qué fue lo del otro día? - se acercó a Luke.
-¿Qué cosa?
-Lo de que me había metido en un lío.
-Ah... No - Carter se detuvo un momento, pero luego volvió al lado del otro -. Eso, mi amigo, tendrás que resolverlo con Ella.
-¿Y si ya no quiere hablarme? - preguntó con tono... tranquilo.
-¿Por qué no querría de? - Carter se encogió de hombros.
-Era una suposición.
-Basta de suposiciones - entraron a la sala, encontrándose con una Isabelle acostada en una camilla, con cables en los brazos y con pésima cara.
-Dijiste que estaba bien - todos miraron al doctor.
-No hagan mucho ruido - cerró la puerta, desapareciendo detrás de ésta.
-Maldito bastardo - susurró Trevor.
-No trates así al que me ha salvado la vida - dijo con un hilo de voz.
En ese momento, todas las miradas se posaron en el esqueleto que se encontraba en la camilla, sin articular palabra.
-¿Me ha salido otra cabeza o qué? - al decir eso, se armó un alboroto de chillidos de emoción - Niñas, niñas, estoy bien, no hace falta que chillen como perras.
-¡Mi hermanita...!
-Hermanita tu pendeja.
-Ay... Las palabrotas te volvieron.
-Hey, Carter - el chico aclaró la garganta -, ¿el sapo te comió la lengua?
-Eh... ¿Qué tal, Isabelle?
-Los cables hablan por sí solos - dirigió la mirada a los cables conectados en su brazo izquierdo.
Luke y Mike fueron los primeros en acercarse a la camilla, y también los primeros en sostener las manos del arco iris.
-Nos debes varias explicaciones, roja - dijeron al unísono.
-¿Por qué?
-Tú sabes muy bien a lo que nos referimos.
-Mike, si están hablándome en código, avisen - Luke suspiró.
-Dejémoslo para después, mejor. Um... ¿Cuándo te darán de alta, eh? - Isabelle se encogió de hombros.
-Ojalá y termine en una tumba - musitó entre dientes, lo cual fue audible únicamente para Luke, pero Isabelle no notó eso.
-Sigues pensando en eso, eh, cariño - la miró con pena, y la chica la miró algo asustada, debido a que pensó que nadie más había escuchado.
-Luke...
-Déjenos solos un momento - alzó la cabeza al igual que la voz.
Sin preguntas, todos obedecieron y se esfumaron de la habitación.
-A ver... Explícame qué es lo que te pasa ahora.
-Luke...
-¡Deja de decir mi nombre y habla, maldición!
-¡PERO ENTONCES DÉJAME HABLAR!
En ese momento, Isabelle sintió su corazón acelerarse, cada vez más, haciendo que un algo indescriptiblemente doloroso comenzara a aumentarse en la zona de su pecho.
-Luke... - hizo una pausa, mirando hacia la nada.
-¿Qué no vas a hablar?
-Me d...
-¿Qué? ¿Vas a hablar o no? - se levantó - Si no vas a hablar, no sé qué sigo haciendo aquí - dio media vuelta, viendo que Isabelle no respondía.
-Duele..., mucho... - se detuvo a medio camino, volteando rápidamente a Isabelle, notando que estaba pálida, y demasiado.
-¿Qué te pasa? - preguntó alarmado, mientras corría a su auxilio - Isabelle, ¿qué te pasa? - no respondía, sólo lo miraba con miedo y terror, una mirada que nunca antes se había visto en ella.
-No sé si podré... aguantar... - tembló, y no paró - Ayúdame, Luke.
Y lo último que Isabelle logró oír, fueron los gritos desesperados de Luke.