Dulce Hogar

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Al acabar mi jornada laboral, fui caminando por los estantes que exhiben la gran variedad de artículos y productos, tomando solo los necesarios. Debía cocinar al llegar a casa, por lo que seleccione algunos condimentos y tome una bolsa de pescado fresco. Lo que sería el elemento principal de mi platillo.

No es que fuera un gran chef ni mucho menos, pero al vivir solo me vi forzado a aprender y valerme por mi mismo.

Con los contados productos me dirigí hasta la caja. El supermercado ya ha cerrado sus puertas al público hace unos minutos, por lo que no habían tediosas filas por delante. Apoye el canasto sobre la mesa y fui pasando cada producto para finalmente acomodarlos en una bolsa.

El lado bueno de trabajar en un lugar así es que obtienes un descuento significativo en las compras. Nada mal.

ㅡ¿Ya te vas? ㅡlevante la mirada hacia la caja que estaba a mi lado, viendo a mi compañera quien portaba una sonrisa y, al igual que yo, embolsaba sus productos seleccionadosㅡ. Espero que hayas traído un abrigo impermeable, afuera comenzó a llover.

ㅡDescuida Sunny, puedo manejarlo. ㅡrespondí con una sonrisa despreocupada.

ㅡBien. Nos vemos mañana, Jongwoon. ㅡse despidió con la alegría que la caracterizaba. Era una muchacha muy risueña.

Camine hacia la salida, me asegure de abrochar bien mi abrigo con la capucha puesta y mi bolsa en mano, atravesé la puerta y, en definitiva, llovía a cantaros. Mi hogar estaba a siete cuadras de distancia, no me hacía falta tomar el bus, solía trasladarme a pie cuando del trabajo se trataba. Inicie mi caminata intentando pasar por los toldos de las tiendas cercanas para mojarme lo menos posible. Así pasé cuatro de las tantas cuadras que me llevarían a mi hogar cuando, en medio de la oscuridad y la escasa iluminación de la calle, divisé un bulto en el borde de la vereda.

Mengue mi caminata acercándome con precaución, afinando mi vista para decifrar que podría ser.

¿Era una persona?

Al estar a unos metros de distancia noté como levantaba apenas la cabeza, que estaba oculta entre sus brazos. Tenía la apariencia de un muchacho joven, estaba sentado en el cordón de la vereda con las piernas flexionadas contra su pecho, las cuales rodeaba con sus bracitos.

Me aproxime hacia el chico, mirando a mi alrededor la calle desierta. Todos debían estar refugiados en sus casas, excepto él. Al posicionarme a su lado me percate del temblor en su cuerpo, estaba empapado y sus ropas estaban desgastadas, con suciedad y algunos agujeros. Salvo por el gorrito de lana que llevaba en su cabeza, que parecía ser la única prenda medianamente decente que portaba.

ㅡOye, ¿estás bien? ㅡpregunté palpando su hombro mojado, también pude darme cuenta de lo delgada que era la tela que lo cubría.

¿Acaso era un indigente?

Me daba mucha pena verlo así.

Él levantó la cabeza al instante, escaneando mi cuerpo con la mirada. Alcance a ver lo roja que estaba su nariz debido al frío, además de su expresión de angustia. Se me estrujó el corazón. Sus ojos se posaron en la bolsa del mercado que cargaba, seguido del claro interés plasmado en su rostro.

ㅡT-tengo hambre... ㅡtartamudeó con su labio inferior tembloroso. Tal vez fue abandonado, pero se veía como un adolescente. ¿Cómo se abandona a un adolescente? Por más cruel que suene, las personas tienden a abandonar bebés o niños pequeños.

ㅡ¿Tienes un hogar? ㅡcuestione. Él bajó la mirada pensativo, mordió su labio y finalmente negó con la cabeza. La lluvia no cesaba por lo que tome una decisiónㅡ. Ven, pequeño. Te llevaré a mi casa. ㅡtendí mi mano, él dudó un momento pero aceptó. Antes de ponernos en marcha me quite mi abrigo y se lo coloque al muchacho. Lo necesitaba más que yo.

Dulce Hogar (YeWook).Where stories live. Discover now