►El Príncipe Del Norte◄ [Pausada]

♚ El Sur ♚

"El Sur"

Esas dos últimas palabras aún resuenan en mi mente sin parar. Me obligaste a irme tan rápido que no pude preguntar nada más.

Tus ojos rojizos estaban tan serios que aún con mis dudas, terminé por partir rumbo al castillo sin chistar.

Algo me decía...
que era inútil preguntar.

Nunca he salido del reino y admito que tengo miedo. Miedo de ser descubierto, miedo del enlace del que aún no sé más que una frase que sólo yo puedo leer.

Y peor aún...
Miedo de encontrarme con mi padre ya muy tarde.

De todas formas, no gano nada con mis temores, prefiero ir a descubrir mi destino por mi mismo.

Aún no puedo creer lo que estoy apunto de hacer. Escabullirme lejos de mis tierras y finalmente conocer el misterioso Sur con el que tantas veces había soñado, aunque nunca en estas desgraciadas circunstancias.

Viajar siempre había sido mi mayor deseo y no podía negar mi ansiedad por partir cuanto antes. Esperaba que Iida pudiera cubrirme hasta mañana, sería un largo viaje.

— Príncipe Izuku, ¿está bien su comida?—pregunta la voz tímida y melodiosa de mi casi futura esposa, la que me trae de regreso a mi realidad. Una donde aún debo atender a mi prometida y su familia como si me interesaran.

Esbozo otra fingida sonrisa (me estaba haciendo experto en ello) e intento concentrarme en mi plato. Tengo que terminar esta cena lo más pronto posible, para poder emprender camino al sur.

—¡Todo perfecto!— respondo y parecen todos tragarse mi mentira, en especial la princesa quien sonrojada seguía dedicándome miradas furtivas, las que solo me recordaban lo mucho que deseaba ver a kacchan.

No puedo concebir una vida
al lado de esta mujer.

Termino mi plato y ansioso busco como salir de la mesa y desaparecer, sin ser grosero. Tan solo ruego a los dioses que a mi madre no se le ocurriera invitarlos a...

—Es un largo viaje, ¡si gustan pueden quedarse!

Escucho a ésta ofrecer y reprimo un quejido de angustia. No podía tener peor suerte.

Al buscar una negativa en la heredera del oeste, lloro por dentro. Sus castaños ojos brillan de ilusión y deseo que mi copa de vino tenga algún tipo de veneno que termine con mi agonía.

No tengo tiempo para esto, debo salir a encontrar a mi padre y también...

Un dragón.

Aún no sabía ni cómo empezar a buscar un dragón. Mis pistas solo me confundían y llenaban de vacíos, que me hacían dudar de su existencia.

"En eso estás equivocado"

Recuerdo claramente las palabras de Kacchan ante mi negativa a la existencia de tales criaturas. Se veía muy seguro de ello.
Ahora que lo recordaba, en nuestro primer encuentro también habló de ellos con gran afán.

Definitivamente
sabe algo que yo no.

Comienzo a emocionarme con la idea de encontrar un dragón y salvar a mi reino, sería todo más fantástico si no tuviera que estar escoltando a mi prometida a su habitación.

—Es una muy bonita noche...

Le escucho decir y me limito a sonreír, mientras camino por los jardines que nos llevan mas rápido a las alcobas del castillo.