Bestiario

3.2K 229 60
                                    

¡Hey, lindura! ¿Qué hace una criatura tan bonita como tú en un sitio cómo este?

¡Oh! ¡Alguien ha hablado de criaturas! Pues creo que es el momento de hacer un breve repaso a una de las partes del worldbuilding que más me gustan: ¡bichos! Y quien dice bichos, dice animales, seres, entes, monstruos, individuos u organismos (eucariotas, heterótrofos, pluricelulares y tisulares). Que vamos a hacer un bestiario, vaya.

Se conoce como bestiario al compendio que reúne las criaturas que habitan un espacio, en este caso, nuestro Mundo Secundario. Un bestiario bien definido es una necesidad básica para muchos escritores de fantasía o de ciencia ficción, a menos que el creador se proponga seguir con animales mundanos o idénticos a los de la Tierra (que es también una opción válida y respetable. La incorporación de animales "nuestros" en tu mundo ayuda a crear perspectiva y nos acerca a la historia).

Pero si a ti te gusta ir por el camino complicado, siéntate y toma nota.

Crear un bestiario puede parecer un trabajo duro y exhaustivo, pero no desesperemos. Siguiendo unas normas básicas, es una parte del worldbuilding francamente divertida y tremendamente enriquecedora. La complejidad de nuestro bestiario vendrá determinada por el tamaño de nuestro Mundo: a mayor complejidad, mayor cantidad de criaturas dispares. No es lo mismo pensar en los ecosistemas de una pequeña región que de un planeta entero.

Es muy importante tener en nuestra Biblia del Mundo Secundario un apartado dedicado al bestiario, dónde detallaremos todas aquellas criaturas de nuestra invención. Si lo ves necesario, también puedes incluir aquellos animales que forman parte del Mundo Primario y que tendrán relevancia en la historia (caballos, perretes, ciervos y demás fauna).

Clasificaciones

Podemos estructurar el bestiario de muchas formas diferentes, atendiendo a una clasificación biológica exhaustiva (en el caso que las criaturas tengan un peso relevante en la trama) o a una simple enumeración, marcando sus características más distintivas. Puedes hacer divisiones y subdivisiones en esta clasificación, atendiendo a tus necesidades personales: criaturas pensantes o no pensantes, mortales o inmortales, o simplemente en vertebrados e invertebrados (mamíferos, anfibios, aves, reptiles, peces, insectos... o una bonita mezcla de animal-hongo parasitario, si te sientes valiente)

La información básica que recomiendo apuntar de cada criatura es la siguiente:

- Características físicas (tipo, esqueleto interno o externo, altura, peso, pelaje/plumaje/escamas)

- Breve descripción. Alimentación, comportamiento y hábitat. La morfología de una criatura viene dada por su ambiente y sus necesidades. ¿Cómo se refleja esto?

- Inteligencia de la criatura. ¿Es humanoide? ¿Cómo se comporta respecto a los habitantes racionales de tu mundo? ¿Es agresiva, mansa, huidiza?

- Razas y subrazas.

Si tu mundo contiene magia, también puedes hacer una descripción de sus poderes sobrenaturales y los efectos que tendrán sobre su entorno inmediato.

Crear criaturas

Atendiendo a todo lo dicho anteriormente... es el momento de jugar un poco a ser un ente divino. ¡Vamos a crear vida! Tú pones las reglas (ojo, siempre basándonos en las Leyes Físicas de tu mundo, melón).

Puedes tomar criaturas reales y modificarlas/combinarlas, buscar en los libros de historia a la caza de animales extintos, añadir características nuevas a un ser mitológico ya creado, o tratar de inventar algo totalmente original. Puedes plantearte crear familias de criaturas y trazar árboles genealógicos que se remonten a los confines del tiempo; o crear seres individuales para fines específicos. Atiende siempre a su desarrollo histórico, al hábitat dónde se encuentran, y asegúrate que puedan ser creíbles.

Si queréis ver algo que, en mi opinión, es un grandísimo ejemplo de diseño de criaturas, os recomiendo fervorosamente los mash-ups de animales que los autores Michael Dante DiMartino y Bryan Konietzko crearon para la serie Avatar: the last Airbender. Canelita en rama, señores. Fina, fina.

Si la historia de tu Mundo Secundario es muy larga, piensa en las evoluciones y extinciones que han tenido que sufrir tus criaturas. Las especies nuevas se originan a partir de las mutaciones, que tienen un antepasado en común. Diferentes animales pueden pertenecer a familias comunes, y tener ciertos rasgos iguales y distintivos que los hagan parecerse en algunos aspectos (¡como las estructuras y los órganos vestigiales!). Ten en cuenta todo esto, y déjalo claro en tu Biblia.

Cuando atiendas al ecosistema de cada criatura, trata de ser realista. Veamos dos ejemplos muy representativos:

- Los animales/seres que vivan en regiones calurosas y secas tendrán tendencia a ser pequeños, y buscarán maneras de eliminar el calor sobrante de sus cuerpos (mira las inmensas orejas de los fennecs).

- Las criaturas de las regiones frías normalmente serán grandes, peludas y de metabolismo lento (¿Hola? ¿Eso es un mamut?). Como detalle curioso, diré que los zorros que habitan en el Círculo Polar Ártico se llaman "zorros de orejas pequeñas"... ¿Veis la diferencia con los fennecs de arriba?

Por supuesto, puedes crear excepciones a estas indicaciones, pero debes explicar por qué una criatura podría vivir en un ambiente que, a primeras, no parece natural para ella.

***

No me gustaría irme sin dar las gracias al siempre maravilloso @AntonioTavara, que cada uno de sus comentarios es completamente acertado y no hacen más que mejorar esta guía. Y también me encantaría recomendar el proyecto de "Ayudas" de mi querido Kellhus, al que os obligo (siempre con amor) que echéis un vistazo.

¡Sed felices!

Worldbuilding. Creación de mundos imaginariosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora