♓Piscis x Toby♓

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Estaba corriendo lo más lejos que podía, pero realmente estaba perdida en aquel abismal bosque, sumando el hecho de que ya estaba oscureciendo.
Se veía asustada, tenía mucho miedo, su cuerpo estaba resguardo y sucio por los tropezones que se había dado en el camino; que mala idea fue agarrar una de esas mugrosas notas pensando que solo era una broma.

Quería detenerse y respirar, pero no podía confiar en que nadie le saltaría de algún árbol intentando asesinarla. Así que continuo corriendo por más adolorida que se encontrará.
Miraba hacia atrás varias veces procurando que no esten cerca y apunto de acorralarlo y fue entonces cuando vio una cabaña no muy lejos de allí, por lo que se apresuró...pensando que sería un lugar seguro...todo un error.

Entro empujando con violencia la puerta, clavándose algunas astillas en el brazo durante el proceso de forcejeo, para luego hacer aún más fuerza para volverla a cerrar; la puerta era de madera y vieja, cubierta de humedad y con las bisagras oxidadas, era claro que no estaba en el mejor estado como para que se abriera facil.

El sitio olía horrible, era una mezcla de olor a podrido con la humedad del lugar, todo hacía ruido también, pues la madera estaba gastada y en absoluto no parecía cuidada; era una cabaña abandonada.
Piscis observo las paredes con hoyos o llenas de moho en las esquinas, su caminar hacia crujir la madera que formaba el piso y si era honesta con ella misma podía jurar que había sangre seca en algunas partes de la pared, pero prefería pensar que solo eran manchas de la misma humedad o de suciedad y no más.

Se adentro más a la casa y descubrió que había una heladera igual de vieja que el sitio con una mesada oxidada y sucia, allí arriba había una de esas cocinas portátiles que suelen tener los campistas y nuevamente parecía rota y vieja; también noto que el olor a podrido venía de la heladera...

Se quedó quieta mientras observaba dicho sitio, pues tenía la sensación de que aún que ese lugar pareciera abandonado no lo estaba completamente y fue entonces cuando escucho como alguien abría la puerta con bastante violencia, incluso más de la que ella aplicó para entrar.

Piscis comenzó a entrar en pánico al no ver salida alguna o escondite, así que una de sus opciones era probar meterse dentro de la heladera, aún que realmente no quería abrirla por miedo a encontrarse algo...
Se apresuró y abrió con rapidez la misma, para ver cómo se allí caía un cadáver completo en un periodo de descomposición, no tenía los dedos y su boca estaba abierta en una expresión de puro terror, también le faltaban los ojos y a juzgar por su aspecto en general parecía llevar varias semanas allí.

Quería gritar pero no podía, el asesino debía estar cerca y si adivinaba que estaba allí correría a ese lugar, aún que seguramente ya se debió dar cuenta de su presencia por el ruido que hizo el cadáver al caer; por lo que solo cubrió su boca para gritar para si misma y comenzar a llorar en el silencio. Pero aún así prosiguió, pateó el cadáver para que saliera por completo y desesperada se oculto en la heladera donde anteriormente estaba ese tipo muerto.
Comenzó a oír pasos, eran lentos, pero también oía que algo se arrastraba con ellos. Seguramente es ese chico, el que casi le rebana la cabeza con un hacha apenas agarro la nota, seguramente él fue el que la persiguió hasta allí; aún que si había otros dos chicos, pero ellos parecían observar de lejos lo que ocurría y se veían igual de raros que el primero que intento matarla.

-Odio el juego de las escondidas...no hay nada que me enfurezca más que ¡Ese maldito juego! - Escuchó el sonido del hacha de ese tipo cortar algo, sabía que seguramente era el cadáver que tiro allí y por lo que noto parecía enojado.

Piscis se reclino sobre si, cerrando sus ojos con fuerza mientras lloraba y se cubría la boca con todo lo que tenía para no gritar, rogando como sus última plegarias a Dios, que ese tipo no llegara a matarla.
Aún así la joven chica fue sacada violentamente de aquel escondite, pues aquel chico que la seguía abrió con violencia la puerta de esa heladera y la tiró casi al lado del cadáver, dejándola admirar como acababa de cortarle la cabeza a ese muerto; Piscis volvió a gritar internamente, aún se resistía a hacer ruido por más que acababa de ser atrapada.

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