Shigaraki Tomura

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—De acuerdo, _____, vamos a intentarlo otra vez. —Susurró la enfermera.

—Estoy harta de esto.

—Lo sé, _____, es duro para ti. Pero créeme que a nosotros también nos duele verte así.

—No, no lo entendéis. Mi vida es un maldito infierno. —La joven suspiró pesadamente—. Quiero irme a casa.

—No puedes marcharte hasta que me dejes quitarte los vendajes.

—¿Estás segura de que quieres hacerlo? Morirás. —La enfermera tragó saliva ruidosamente—. No va a suceder eso, ya verás. —habló como si intentara convencerse a sí misma. 

Acarició suavemente las palmas de _____, comenzando a deslizar los delicados guantes de algodón que rodeaban sus manos. Una vez sacados, los dejó cuidadosamente a un lado de la cama.

—... ¿Lista? —musitó.

— No.

— Cierra los ojos.

— Tengo miedo...

— Por favor, _____, es por tu bien.

— Te va a matar...

— No me va a matar nadie.

Empezó a desenrollar despacio las vendas de las manos. Conforme iba avanzando, se empezaron a vislumbrar rastros de sangre.

— _____, cuenta hasta diez.

— No, no puedo... Respirar...

— Yo cuento contigo. —Se notaba la tensión en el ambiente. El silencio se rompía por el susurro de ambas féminas al contar, tal y como fue ordenado.
Tan sólo quedaba una capa que separaba las manos de _____ del exterior. Mientras ambas contaban, la enfermera fue quitando lentamente ese último pedazo de venda. Finalmente, las manos quedaron al descubierto, mostrando todo tipo de heridas: quemaduras, moratones, heridas suturadas inútilmente... Pero algo que realmente destacaba eran sus nudillos. Tenían una especie de líquido negro que no paraba de chorrear. La enfermera trató de tapar la supuesta herida para evitar que saliera más.

Todo fue en vano.

_____ abrió los ojos. La escena que tanto ansiaba evitar volvió a ocurrir.

La enfermera había sido asesinada, estrangulada por unas poderosas e incontrolables cadenas que emergieron de los nudillos de _____.

Comenzó a respirar con dificultad. Había pasado otra vez. Sólo veía rojo. Había matado a otra persona. Pero había sido sin querer. Ella no había pedido tener esa particularidad. Ella sólo quería ser normal. Pero no podía. Acababa de matar a otra persona.

Matar... A otra persona...

¿Y si realmente sólo era buena para eso?

¿Ese era el objetivo de su existencia?

¿Realmente había nacido para asesinar?

(...)

Respirabas agitadamente. Era la tercera pesadilla en esa noche. Pero para ti era normal. Recordar cada una noche una de las tantas víctimas a manos de tu poder.

Sin embargo, desde que entraste a la Liga de Villanos, todo era diferente. Te sentías cómoda en aquél lugar, como si toda tu vida estuvieran esperando por ti. Esa era tu nueva y única casa.

Arrastraban lentamente tus pies por el silencioso y mugriento pasillo. El olor a madera sucia y podrida inundaba tus pulmones. No importa, estabas acostumbrada.

Viste una luz que provenía del salón/bar. Te asomaste apoyando tu cuerpo en la pared.

— ______, te estoy viendo. —mencionó el muchacho.

|| BOKU NO HERO ACADEMIA ONE SHOTS || [PEDIDOS CERRADOS]Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon